La trasncribo aquí tal y como salió en el periódico:
DRAMÁTICA INTRAHISTORIA DEL DEPORTE
Nicolás Miñambres
El deporte ha sido con frecuencia en la novela moderna fuente de análisis psicológico, urbano y social. Una especie de paradigma humano en el que desembocan y se reflejan complejas actitudes vitales. El clásico mens sana in corpore sano esconde sin embargo turbios impulsos y discutibles objetivos. Este parece ser el contenido de la novela de Luis León: la presentación de un microcosmos humano en el que coinciden demasiadas vivencias oscuras.
El equipo juvenil del club deportivo San Luis Gonzaga presenta, dentro de su apariencia brillante, demasiadas limitaciones humanas. La muerte de casi todos los intregantes en un inesperado accidente es, aparte de la tragedia, la espoleta que arrastra una inesperada explosión psicológica y social. Los documentos de los supervivientes, Jorge, César y de Alicia, novia de Israel, uno de los jóvenes muertos, servirán para ir tejiendo la crónica de un trasfondo humano mucho más sórdido de lo que la versión oficial quería dar a entender. La recuperación de la memoria y el recuerdo de los desaparecidos explica el planteamiento: un bascular narrativo entre el pasado y el presente, en el que Jorge, Alicia y César se convierten en los transmisores literarios. A través de ellos el lector irá descubriendo un mundo sentimental en el que las relaciones homosexuales enturbian sentimientos amorosos de otra condición, sin que falten celos psicológicos y deportivos o venganzas inexplicables. No están ausentes tampoco relaciones amorosas de condición mercenaria, tendentes a la búsqueda de curiosas terapias, de difícil justificación por otra parte.
El epílogo epistolar de la última página explica el título de la obra y ciertos detalles que pueden pasar desapercibidos para el lector. Con todo, la clave de la carta que Doña Petra ofrece no necesitaba una acotación metaliteraria tan peculiar: No obstante, en mi condición de narrador omnisciente, revelaré el contenido de la misiva por si a alguien le interesa, p.141
Son deslices estilísticos que aparecen en otros momentos de la novela, en los que tampoco era necesaria su presencia. Una novela que tal vez adolezca de un desajuste entre su contenido y su forma. Son demasiados los acontecimientos narrados y excesivo su dramatismo para quedar resueltos convenientemente en ciento cuarenta y dos páginas.
jueves, noviembre 09, 2006
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2 comentarios:
Ya has dado el primer paso en la escalera de la fama. Segundo si contamos el reportaje de dos paginas que obtuvimos durante el rodaje de La habitación.
Poco a poco...
eso digo yo. poco a poco, aunque sea en medios provincianos, jeje...
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