domingo, diciembre 03, 2006
Ángeles y demonios: La fe a través del miedo.
Una de las ideas que se entreven tras la lectura de este libro es esa. Fortalecer una fe tibia a través del pánico. No es nada nuevo. Aquí tenemos numerosos agoreros, con más o menos medios, que intentan crear ese miedo entre los creyentes. Vivimos en una persecución, dicen. Un martirio. Una cruzada. La familia se rompe. La nación también. Hay que sacar réditos de la histeria. El miedo es rentable. Bien lo saben algunos. Contra Bin Laden o contra ETA viven mejor.
A mí, que perdí la fe hace mucho, no me parece que el conflicto esté entre una ciencia cada vez más despersonalizada y la religión, uno de los ejes de la novela. Los problemas de la Iglesia no se encuentran en la ciencia... Se encuentran en la misma Iglesia.
Tampoco es de esperar un libro filosófico, por suerte. Es un entretenido thriller superventas. Mejor que Da Vinci Code, a mi juicio, aunque conste que no he leído el libro en que se basa la peli. En principio, se diría que varían los roles. En Da Vinci, los malos eran ese ente llamado Opus Dei. Aquí, la víctima es el Vaticano, perseguida por una secta antigua. No obstante, esperaba que el desenlace me defraudara, pero un giro final muy adecuado replantea el sentido de las cosas.
Más similitudes: un asesino muy sádico de raza exótica; un puzzle continuo de pistas y carreras que además conlleva un pequeño cursillo de historia del arte; buenos que no lo son, malos que no lo son, y viceversa;
En fin, que creo que el Vaticano debe seguir mu cabreado con Dan Brown, y no creo que les den muchas facilidades para rodar la peli que se estrenará en el 2008. ¿Vivirá Ratzinger para verla?
PD- Para quienes crean que esta literatura es una mierda, he de decir que este año me puse a leer una novela llamada Contra Natura, del reciente premio planeta Alvaro Pombo, y la dejé a la mitad porque me parecía un coñazo.
Un libro bien escrito también es un libro entretenido.
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