lunes, octubre 15, 2007

¡Qué desperdicio!


A nadie le recomiendo, por razones físicas et psicológicas, que realice dos mudanzas el mismo año. Para quien no tenga otro remedio, puede leer esta crónica:


RELAX - El sábado noche, triunfante el gregarismo sobre la sensatez, salgo de fiesta con un límite marcado, las dos de la madrugada, que previsiblemente se excede hasta las tres. La razón de este síndrome de Cenicienta fue que mi salida hacia Madrid se llevó a cabo finalmente a las siete AM del domingo. Pude arañar dos horas para el sueño, más que necesario aunque no suficiente, y hasta ese descanso me lo quisieron arrebatar. ¡No sabían ellos el percal que iba a encontrarme a mi llegada! En fin. Confieso que mereció la pena.


NO RELAX - ¡Pero los excesos se pagan! Hablando de pagar, al menos me ahorré el billete de autobús, porque mi hermano Paco, que vino a ver el concierto de Héroes del Silencio, en el primer día, que el segundo lo glosa Hopewell en su blog, me llevó hasta el aeropuerto. ¡Vaya! Me trae una claqueta desde el mismísimo Hollywood y encima haciendo de transporte. No lo merezco. Huelga decir que casi todo el rato estuve en estado similar al sueño. Pero llegué.


RELAX - Norte a sur. En mi regreso a Acacias, sabía que lo peor estaba por llegar, pero aún consideré que para el fregoteo quedaba rato. Craso error. Pude meterme un plato de pasta, pero no se respetó mi sacrosanto momento del té porque resulta que...


NO RELAX - ... vino Hopewell para anunciar que Mr and Ms. Caseros iban a llegar hacia las tres y todo debía quedar más o menos limpio, Nacho y yo adoptamos los roles de curritos que pasaban por allí para arrimar el hombro con la bayeta, muy creíbles, y hubo que comenzar la operación que da nombre a este post: sí, un verdadero desperdicio, tanto ayer como hoy. Que nos perdonen el premio Nobel de la Paz, Al Gore, y todo el equipo de dicho programa, Jose entre ellos, pero creo que no ganaríamos ni el beneplácito de uno ni los eurillos que regalan los otros. Como si el globo se estuviera hundiendo, lo cual me recuerda a cierta y famosa entrevista de trabajo, arramblamos con todo y lo tiramos por la borda, sobre todo cacharros de la cocina, muchos de los cuales no valdrían ni para quincalla, y lo bajamos para el cuarto de basura, con las manos en los bolsos y silbando como si nada. ¿Reciclaje? Ese es el tipo de cosas que se hacen bajo presión. En aquel momento había un examen que pasar, y lo pasamos. Como premio...


RELAX - ... y pese a que ya no disfrutaba el descuento de empleado, los tres convenimos en bajar a Telepizza a por un 2 x 1, inventando una nueva mezcla (atún, pepperoni y pollo) que creo se podría patentar. Ah... THE LAST PIZZAS. Y la última comida del trío allí. No nos pongamos sentimentales, que aún falta lo más triste. Por lo menos, el resto del día fue relax. Llevé unos pocos trastos hasta Manuel Becerra, donde me esperaba Claudia y la nueva habitante félida del piso, una bola de nieve mimosa. Y luego, hacia Bilbao, para el reecuentro con Oli, desde aquel acontecimiento clave en el Pabellón de Congresos que, como un ecuador, marcó la línea entre los hemisferios de Madrid y León. Íbamos por la calle Fuencarral, yo con la maleta vacía, y me resultaba algo extraño ya, un trayecto hacia al final del cual se selló una despedida que, aunque quizá solo sea hasta dentro de un mes, marca por el momento el fin de una época. Snif.

Suerte que pude animarme gracias a mi último filme allí. REVENGE OF THE NERDS. En esas circunstancias, cualquier comedia, aunque sea una chorrada como esta, se agradece. A fin de cuentas, yo también soy novato en mi universidad. Qué pena que no tengamos hermandades de esas con letras griegas. Todo sería más divertido. Al final, me emocioné tanto que casi salto de la silla para gritar también eso de: ¡Yo también soy un nerd!


NO RELAX - Llegan los frutos de mi lerdo raciocinio. Como no pude distribuir mis bártulos mejor, ahora toca seleccionar y cabrearse al ver una maleta a explotar de la cual tengo que excluir cosas que, si no tienen valor sentimental, al menos quizá expuestas en el Rastro me hubieran dado unos aurelios. El mismo oso de la serie Vagos y Maleantes estuvo a punto de ser adoptado por Nacho, pero luego recapacité. Soy más piadoso con los plantígrados que nuestro monarca. Ups. A ver si me cierran el blog.


RELAX - En un tiempo muerto en nuestras respectivas mudanzas, Nacho y yo reponemos fuerzas. Como sea que no hay ni sartenes ni cazuelas, nos hacemos THE LAST BOCATAS, y por un momento el tiempo se detiene, y doy fe de todos los momentos que hemos compartido hasta ese entonces, de los tres pisos que han visto desarrollarse nuestras andanzas en Madrid, y la verdad es que no le abandono por gusto, al menos queda en buenas manos. No escribo más porque me da mal karma y al menos tuve la suerte de que...


NO RELAX - ... al bajar me encontré de nuevo con los caseros y les disuadí de subir, asegurando que ya quedaban pocos bultos. A partir de ahí, ya todo se aceleró. En Telepizza no encontraban mi finiquito y les dije que allí me lo guardarn, que total debe servir para comprar un bonobús a lo sumo. Cargado cual mulo, a punto estuve de coger un taxi, pero un cajero estropeado me quitó esa opción. ¿Acaso no hay que sufrir? Pues con esfuerzo llegué hasta la estación. Llevaba la maleta de espaldas, así que, simbólicamente o no, era imposible ir más contracorriente.


RELAX - Bueno, pues solo faltaba que pagando 34 euros de billete no pudiera relajarme. Además, hubo tiempo para la comedia, al ver que alguien puede ser tan friki como para poner de politono en su móvil los pitidos de R2D2.

Y, dado que en León ya no tengo que valerme tanto por mí mismo, pude acarrear los restos del naufragio en coche hasta casa, donde aún esperan que mañana los acomode, buena falta haría una limpia general que me temo no podré llevar a cabo por una hora de Latín metida con calzador, esa asignatura una y mil jodidas veces aprobada.


En fin. Ahora es momento para estar tristes. Y considero que eso no es algo grave. La comunidad del Anillo se disgrega, pero confío en que al final todos nos reencontremos en Mordor para una victoria final.


(Menudo final digno de Games Workshop)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

I´m pushing an elephant up the stairs... I´m tossing up punchlines that were never there... over my shoulder a piano falls... chrashing to the ground.

Mudanzas??? eso es un genero en si mismo, si muy cercano al gran cine de terror, donde nunca se sabe quienes son los malos o quien caera primero.

Daria material para enteras sagas ala RUEDA DEL TIEMPO... k riete tu de EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO... en fin un final muy a lo ABRASADORES... TIS y OLI recorriendo el camino de baldosas amarillas hasta el maldito cruze de caminos donde siempre acaba todo... maletas vacias si... pero el alma llena de sueños y recuerdos que perduraran.

TO OZ.... TO OZ

"We go to see the wizard........"

OLI

Luis dijo...

Nunca olvidaremos ese cruce de caminos...

Incluso aunque fuera a Madrid dentro de un par de días seguiría siendo importante. Confío en que lleguemos a Oz.

Hopewell dijo...

Menuda pechada de currar nos dimos, madre mia... en fin, ya está hecho y aquí en Madrid se echa de menos tu esencia. Madrid ha perdido a un hijo predilecto.
Nos vemos en Oz.