lunes, noviembre 03, 2008

Innecesario epílogo.


Como no pertenezco a ninguna secta friki, no necesito ser ortodoxo y afirmo que el episodio tercero de Star Wars, La venganza de los Sith, no solo es un gran colofón a la saga, sino la mejor y más madura película de todas. No llego a comprender, supongo que serán motivos económicos, por qué The Clone Wars se ha estrenado en cines si parece más un capítulo de TV alargado. Como sea, no es tan mala como dicen pero no aporta nada nuevo. Es innecesaria, y demasiado infantil sobre todo comparado con su predecesora.

Cada vez que intentan meter a algún personaje para atraer a los niños, hay que echarse a temblar. La padawan Ashoka Tano, que debiera llamarse Masoca, es algo menos pesada que Jar Jar Binks, pero aún así irrita lo suyo, con sus palabros como Pestosito, Erredosito, etc. ¿Y qué decir de Jabba el Hutt Jr.? Ja, ja. ¿Y el tío de Jabba? ¿Puede haber homosexuales en esa especie? El monigote de Anakin, eso sí, es mono, no tanto como el actor original. Las escenas de acción son buenas pero se echa de menos, como fondo, la música de Jhon Williams. Solo se recuperan unos pocos temas suyos, y de forma distorsionada.

Así que no hay mucho más que decir. Que se puede ver, pero que es totalmente innecesaria. Ya que Lucas no quiere hacer la tercera trilogía, espero que la próxima vez que rueden algo de esto para el cine, si es que llega ese momento, merezca la pena. Que el chicle no se puede estirar tan hasta la saciedad.

No hay comentarios: