sábado, noviembre 08, 2008

Una de cal...

Por fortuna, la visión de una película mentalmente subdesarrollada se puede compensar con la de un drama existencialista. No dije en vano lo de mi recomendación en negativo: no veáis El gurú del buen rollo, a menos que queráis ver cómo ha decaído la comedia en Estados Unidos. Si a una como Supersalidos se la considera una obra maestra, imaginad las peores...
No es que Austin Powers fuera una maravilla, pero alcanza categoría de clásico en comparación con esta sandez absoluta. Creo que Mike Myers debería replantearse su carrera, una comedia no puede basarse en una sucesión interminable de gags sobre penes y pelotas (me hubiera gustado contar el total) En manos de otro tipo con humor menos infantil, esta peli podría haber sido una pulla brutal contra esos charlatanes que venden espiritualismo de fast-food. Aquí no, la trama es de un idiota que no se puede sostener, y encima ambientada en el mundo del hockey sobre hielo, algo que no tiene mucho auge en este país.
Ni siquiera Ben Kingsley se libra de chistes de pedos y cosas así, ¿y sabéis cómo se llama su personaje? El gurú Tócamelapinga. Oh, ja, ja, qué agudo. La culpa la tengo yo, por ver eso pese a que estaba advertido de lo mala que era. Ni siquiera voy a molestarme en buscar una foto suya. Prefiero esperar a que os hable de la siguiente película, que esa sí merece la pena y podría verla dos o tres veces, pese a su longitud: Hacia rutas salvajes, de Sean Penn.

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