lunes, febrero 02, 2009

¿Quién se ha llevado mi medio punto?

Como llegué con tiempo al examen de Latín, fui a mirar la lista de notas de Semántica, aunque quizá no fuera una decisión muy buena para templar nervios. Las comparaciones, tildadas a menudo de odiosas y cotillas, a veces son necesarias para saber si han hecho justicia con uno. Por lo que a mí respecta, ejem, no me sentó muy bien... Claro que el baremo de calificaciones de la universidad no ayuda mucho. En el colegio, entre aprobado y notable existía la nota intermedia de bien. Aquí no. Yo saqué o un aprobado alto o un notable bajo, valgan las trampas, nunca mejor dicho, semánticas. Resulta que esta mujer con siete ya ponía notable, lo cual acrecienta mi sensación de haber sido humillado. ¡Medio punto! Corre el rumor de que, en algunos exámenes, para no estampar un rosco mondo y lirondo los profesores ponen medio punto solo por escribir bien el nombre y los apellidos. No se a qué se debe el dejarme ante ese umbral. Quizá se haya enterado del mote que le puse. No creo, en ese caso no habría llegado ni al cinco. Lo que está claro es que ha habido factores más allá del examen.
A los profesores no les gustan los sobraos, y yo en algún momento he podido comportarme así. Me negué a asistir a su clase magistral para resolver dudas y, para ser sobrao hasta el final, tampoco pienso ir mañana a la revisión. Poco me costaría poner cara de pena a ver si caía ese medio punto, pero no. ¡Este orgullo acabará conmigo! Me da igual. El examen de Latín Vulgar me salió bien, a mi juicio, y en esa materia sí he demostrado esfuerzo desde el primer día. No entraré a predecir la nota, solo espero conocerla antes de mi partida.
Por cierto, ayer vi los Goya a retazos, al tiempo que veía también una frikada absoluta llamada Outlander. Me alegro por Camino, ya comenté mis razones, y también por Benicio del Toro en el papel del Che. Por cierto, muy guapa estaba Concha, Hopewell, jeje...

No hay comentarios: