sábado, abril 04, 2009

Vampiros light.


Antes de que al fin os hable sobre el Elogio de la locura de Erasmo de Rotterdam, os comentaré algo sobre una película que ayer comencé a ver e, ironías de la vida, abandoné justo cuando comenzaba la acción. Se trata de Crepúsculo, basada en un best-seller que de todos modos no iba a leer. Lo más obsceno de todo el filme, a mi entender, es el cameo que hace su autora, Stephanie Meyer. En la barra de la cantina del pueblo, sentada mientras sigue escribiendo sus ladrillos en el portátil, pide un rancho como si fuera una alegre palurda más, cuando podría comprarse ese bar y diez más si fuera necesario...

La autora es mormona, y puede que eso se refleje tanto en el terreno de la castidad como en la extraña unión familiar que tienen los vampiros. Se supone que son una familia, un padre adoptivo y los hijos, aunque en realidad los hermanastros están liados entre sí, excepto el héroe, faltaría más. Entre todos habrán acabado con la provisión de polvo de arroz para embadurnarse el rostro, de ahí deduzco por qué esta película no fue nominada el Oscar al Mejor Maquillaje. Y, por lo que se refiere al primer punto, me resulta curiosa la tendencia de la actriz Kristen Stewart a la hora de escoger sus papeles. En las dos últimas películas que le he visto, siempre acaba en bragas y sin obtener ningún favor sexual de su partenaire, bien porque sea un vampiro, como es el caso, o porque esté pirado (en Hacia rutas salvajes)

Durante media película vemos un desarrollo similar a High School Musical, sin canciones, con su personaje llegando nuevo desde el árido estado de Arizona al boscoso de Whasington. Durante la otra media, asistimos a una historia de amor cuya escenografía recuerda, en cierto modo, a Tigre y Dragón por la tendencia de ir dando saltitos entre los árboles. Lo cierto es que el filme apenas tiene efectos especiales, pero cuando los saca hay que echarse a temblar. Yo fui tomando la decisión de dejar de verla en el momento en el que los vampiros se ponen a jugar al béisbol (demostrando que, por mucho vegetarianismo y mucho Debussy aún pueden divertirse como el yanqui medio), y el resultado parece un videoclip de zapatillas deportivas o algo así. Al menos en ese momento al fin aparecen los malos, que distan de dar miedo: entre ellos hay un negro al que parece que han puesto un mocho en la cabeza...

En fin. No se cómo acaba pero tampoco me importa, así al menos no tendré que ver ni la segunda entrega ni la tercera (esta quizá dirigida por el que rodó El orfanato) Ay amigos, menos mal que me negué a acompañaros al cine para ver esto; aún espero que vuelvan aquellos buenos estrenos navideños, aunque quizá haya que esperar hasta El hobbit...

2 comentarios:

Unknown dijo...

Yo pase el trago de verla entera esta misma mañana. Este peliculon parece ser que ha costado la friolera de 39 millones de $, sinceramente da eslafrios. Donde fue la pasta en maquillaje?

Esta claro que nuestro problema es generacional sino hormonal ja ja ja y es que este film solo puede interesar a doceañeras, si un termino nuevo ya que las de 15 tambien encontraran este subproducto a bit dull y es que no hay nada de accion, ni siquiera de cama.
Ejem a nosotros nos colaron SENSACION DE VIVIR que puedo decir. Eso si, si te encuentras a uno de mas de 20 que encuentre esto entretenido sal corriendo en la direccion contraria... NO QUESTIONS ASK.

Mi antidoto... TRANSPORTER III.

Luis dijo...

Jaja. Habló Hall. Y yo lo secundo. Mantenerse lejos de esto como los vampiros del ajo...