viernes, octubre 16, 2009

Estampas granadinas (o granaínas) Parte dos.

Hace poco hubo un concurso, con tanta credibilidad como el Premio Planeta, que escogió a las Siete Maravillas del Mundo Moderno. La Alhambra no llegó a ese extraño club de elegidos, ni falta que hace. Es una maravilla, lo avala el sentido común, y merece la pena pagar los 12 euracos de entrada pese a todas las amenazas de reservar con tiempo (yo he estado dos veces y he pasado mucho de reservar) Arriba tenéis una instantánea del interior, tomada desde una de las torres, creo que la del Cubo. A la derecha está el palacio de Carlos V. Abajo hay una mejor vista del palacio, donde estuve en una interesante exposición sobre Whasington Irving y sus Cuentos de la Alhambra, que terminé de leer ayer.


Aquí tenéis una bella vista de Granada desde la misma torre.

Ahí está la Alcazaba, y esa foto la tomé desde la torre de la Vela, que veréis a continuación.





El hombre turras que está tocando la campana, bastante distinto al jorobado de Notre Dame pero aún así poco agraciado, estuvo dale que te pego durante toda mi visita, es por ello que duré poco en esa torre. Al volver a Loja, y gracias a las recurrentes guías de viaje, me enteré de que era en conmemoración de la batalla de Lepanto o algo así. ¡Pues vaya con el aniversario!



Me despido con una vista desde la torre de la Vela, si es que podéis distinguir algo. Entre la altura, que daba mareos, y el repiqueteo de la campana, que daba náuseas, volví rápido a darme una caminata hasta los jardines de ensueño del Generalife. (Ese día, miércoles, abusé del turismo intensivo y me pasé de andar. Unas ampollas lo atestiguaron) Tengo algunas unas fotos de allí y de los Palacios Nazaríes. No son muchas, en parte por razones que ya diré. Mañana las pondré si todo va bien, y seguiremos exprimiendo el breve pero apurado viaje a Granada.

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