martes, octubre 20, 2009

Estampas granadinas (o granaínas) Parte cinco.

El lugar que veis arriba (si es que podéis ver algo con esa mortecina luz que el móvil apenas puede captar) hubiera sido perfecto para celebrar mi cumpleaños hoy. ¡Unos tanto...! En León solo había una tetería más o menos auténtica, el Houbi, pero ahora está cerrada por razones que desconozco, si bien sospecho; con todo, ese sitio no tiene ni el encanto ni la ambientación mucho más genuina de los establecimientos de Granada. En la ciudad nazarí conté un número aproximado de veinte teterías en un par de calles anexas. Yo disfruté sobre todo en esta de arriba porque estuve a las once de la mañana y no había un alma.


En esa soledad, y pese a la tenue iluminación, aproveché para leer el periódico, seguir un poco con Whasington Irving y enviar un mensaje de cierta importancia para mí, que aún no ha sido respondido. Mi única compañía fue la de mi actual Moleskine (¿la octava, la novena? No recuerdo), la cual por desgracia ya se está rompiendo por la parte de atrás debido a llevarla pegada a mi culo durante los grandes calores de Madrid y Granada. ¡Bueno! Esa es su misión, qué le vamos a hacer, acompañarme en la batalla. Porque la vida, pese a que puede ser maravillosa, no deja de ser una batalla continua aunque no sea más que contra el tiempo. Al cumplir un año más, aunque haya quien se deprima por ello, estamos obteniendo una pequeña victoria dentro de esa batalla, y para mí eso es motivo de alegría. Yo, en parte, renací a los veinte años y por ello no da miedo acercarme a los treinta, porque un nuevo Renacimiento puede surgir con la nueva década (o quizá un poco antes) Con un poco de suerte tanto en el año que se abre para a mí ahora como en el futuro podré seguir gozando de viajes maravillosos como este, de experiencias maravillosas de las que dejar constancia en el blog y que me modelen como persona y como escritor.

Eso de arriba, aunque parezca mentira, es la entrada a los aseos, no al harén. A la espera, asunto dudoso, de que alguien quiera hacer una tetería semejante en León, me despido para hacerme mi propio té, y creo que hoy el Sueños de La Alhambra estaría genial (comprado detrás de la catedral granadina) Me perdonaréis que sea breve, pero en un día especial como hoy quiero tiempo para mí aunque sea para hacer sencillamente nada (si pudiera...)

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