domingo, noviembre 15, 2009

El blog ha muerto. ¡Viva el blog!

Ayer encontré dos curiosas noticias tecnológicas tanto en Público como en la Cuatro. En el periódico, que regala libros de filosofía como otros regalan tostadoras, había un estupendo reportaje sobre un futuro a corto plazo en el que podremos tener, por lo que parece, relaciones sexuales con robots prácticamente semejantes a mujeres (no está la sociedad tan avanzada como para que se planteen, por ahora, fabricar hombres) En cinco años, dicen algunos. Uf, pues sí que habríamos evolucionado desde la muñeca hinchable de todas las despedidas de soltero. Parece que el mundo cyborg que retrato en Los Abrasadores no es una entelequia, solo espero que pueda servir para hacer el amor y no la guerra. Me recuerda a esa espantosamente aburrida película, Lars y una chica de verdad (o algo así), en la que el protagonista tenía problemas para relacionarse con la gente y adquiría una de estas realistas réplicas para tener una relación, eso sí, casta. ¿Y por qué no un gigoló como el Jude Law de Inteligencia Artificial? Je, je.
En el telediario de la noche salió una feria de blogs. Por lo visto, el perfil habitual del bloguero es de un hombre joven y adicto a las tecnologías (?) Por supuesto que sacaron la excepción en una venerable abuelita bloguera. Y luego uno dijo que los blogs ya están pasando de moda, que ahora se llevan las redes sociales porque son más interactivas y no requieren tanto seguimiento. En esto último le doy la razón. Llevar un blog y actualizarlo cada poco puede resultar un suplicio cuando no tienes nada interesante que decir o cuando no tienes tiempo de decirlo, aunque yo aprovecho hasta las circunstancias más adversas, como esta mañana de domingo lluviosa y con resaquilla, para escribir. Adelanto que el año que viene no tengo pensado seguir este ritmo, creo que tendré que hacer descansar más este blog para dedicarme más a su hermanito poético o a otros proyectos. Por lo que respecta a las redes sociales, podría prescindir de Facebook, y más aún de Tuenti, antes que de este blog, que es más veterano, es una creación mía y me ha acompañado en grandes momentos de mi vida. Es menos interactivo, y más íntimo. Y yo en las redes sociales no escribo, propiamente hablando. Alguna frase, alguna reflexión... Nada más. Por suerte a mí no me imponen las modas, así que esperemos que haya blog para rato, o al menos hasta que Blogger quiera.

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