sábado, noviembre 07, 2009

Inmortal.

Seré tu luz... No, no me refiero a la canción de la Oreja. Ya escribo desde mi viejo ordenador, que no creo que llegue a los 103 años de Francisco Ayala pero en todo caso, teniendo en cuenta la proporción portátil-ser humano, aún parece tener cuerda. Ya empezaba yo a darle la razón a Rajoy en eso de que Santo Job solo hubo uno (y el Santo Job tuvo la suerte de no haber llegado a la era de la informática) cuando, gracias a la externa e indispensable ayuda familiar, aquí ando de nuevo. Otro que también ha resucitado es un muñequito de Bilbo, regalo de hace varios cumpleaños, que debía andar rondando por el piso de República Argentina y ha aparecido, como es usual, escondido en cualquier madriguera. ¡Qué nostalgia! Me pregunto quién interpretará al mítico personaje en la próxima versión de El hobbit, una duda que trae en vilo a muchos fans bastante más frikis que yo. En fin. Ahora que he recuperado mi herramienta de trabajo confío en que pueda escribir entradas más sustanciosas que esta, aunque no lo tengo claro. Este cuatrimestre es durillo, y cuando me viene la inspiración suele ser para un campo que tenía olvidado y en el que ahora tengo puestas muchas esperanzas y energías, el de la poesía. Si visitáis mi otro blog creo que lo podréis comprobar. Lo que importa es que el old laptop ya está con su dueño, el Viernes (aunque en mi edición era Domingo) se ha reencontrado con su Robinsón. Y que no me deje al menos hasta que acabe esta singladura.

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