domingo, agosto 22, 2010

TE QUIERO, PHILIP MORRIS.

TE QUIERO, PHILIP MORRIS.

Esta película no ha llegado a León, prefirieron, como resulta obvio, la colección de machos tipo vieja escuela de Los mercenarios. Si acaso llegará al cine del Albéitar, no obstante creo que en estas circunstancias la piratería está justificada. Lo sorprendente es que, dos años después de que fuera rodada, todavía no haya encontrado distribuidor en Estados Unidos. Es un signo preocupante, habida cuenta de que el filme tampoco es explícito en cuanto a la sexualidad, al menos a mi juicio, que no es el juicio de la gran mayoría…

¿Enarbola este filme la bandera de la homosexualidad? En absoluto. Quienes hayan ido a verlo por ese motivo, quedarán defraudados (cosa que ya he podido comprobar). No se defiende ninguna causa, no es Milk ni nada parecido, ni tampoco tendría por qué serlo, no todas las películas que aborden este motivo, o similar, tienen por qué ser reivindicativas. La historia funcionaría igual si la pareja fuera heterosexual, con la diferencia de que no se habría conocido en la cárcel. Uno de los problemas del filme para su distribución es que es difícil de describir. Es una historia real pero parece increíble, en la línea de que la realidad siempre supera a la ficción. Es una comedia pero no tiene lo que se diría un final feliz (aquí sí se impone la realidad). ¿De qué va esto, entonces?

Pues es la historia de un estafador, ese es el punto clave y no la homosexualidad. Entre las múltiples estafas del protagonista está la de fingirse un padre de familia heterosexual, hasta que decide pegarse la gran vida y para eso, claro, necesita dinero rápido. Uno de los tópicos citados es que ser homosexual es muy caro, lo cual es cierto si, como este personaje, se decide llevar una existencia de lujo y mantener a un novio. Yo he conocido, y conozco, homosexuales sin un céntimo y puedo dar fe de que la orientación no tiene nada que ver con el despilfarro que al final, por muy hábil que sea este tramposo, le lleva a la cárcel. Allí se encuentra con un Ewan McGregor con bastante pluma (habría que ver la versión original) y pasamos a tener un ambiente carcelario por fortuna bastante distinto al de Celda 211, hasta que la película se convierte en un carrusel de idas y venidas del presidio, fugas, estafas, etc. Todo ello a un ritmo endiablado, porque tiene la virtud de no ser aburrida, y sí divertida al menos en su mayor parte, aunque quizá sobre decir que el festival de muecas de Jim Carrey puede exasperar un poco, tal vez pueda justificarse por las mil caras que necesita tener este maestro de estafadores.

Quien quiera ver cómo acaba la trama puede saltarse el párrafo, solo quiero añadir que al final, pese a que el protagonista no trabaja y vive del cuento (frente a las humildes personas que en momentos como este debemos pensar menos en fiesta y más en exámenes), consigue despertar simpatía sobre todo porque el aparato judicial de Texas se ensaña con él. Era un estafador pero de guante blanco, no obstante el estado, gobernado entonces por un tipo de pocas luces que llegaría a presidente, no le perdonó su inteligencia y acabó confinándolo en una especie de Guantánamo a pequeña escala en el que todavía hoy sigue. Eso suena a revancha antes que a justicia…

Se podría reflexionar sobre la película en sí y aún más sobre sus circunstancias externas. Trata la homosexualidad de un modo natural, no como reivindicación, e incide en algunos tópicos que, como todos los tópicos, en ocasiones se cumplen y en otras no. Los personajes no son perseguidos por homofobia sino por sus estafas y supuestas complicidades. Incluso un personaje como la ex mujer, fanática religiosa, termina convirtiéndose en un punto de apoyo comprensivo para el protagonista. Ojalá pueda llegar a las salas de Estados Unidos, aunque sea para un estreno minoritario, al margen de que luego pudiera tener éxito con los premios. Ewan McGregor es un actor siempre dispuesto a correr riesgos, y Jim Carrey ya demostró hace tiempo que no solo se defiende en tonterías de mayor o menor calibre. Es una película bien realizada, teniendo en cuenta que partía de un material difícil. Lamento que no haya gustado a todo el mundo, pero creo que hubo no pocos que fueron buscando lo que no tenía, cosa que en el cine a mí me sucede de manera constante…

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