sábado, febrero 16, 2008

De griego solo tiene el nombre.


Es regla no escrita que en toda edición de los Oscar se tiene que colar una peli indie. Y otra regla no escrita asegura que estas cintas suelen estar bastante sobrevaloradas. Asi sucede en el caso que nos ocupa, pero no opino lo mismo acerca de la del año anterior, Pequeña Miss Sunshine, que era una verdadera delicia para mi paladar.

Lo más positivo de Juno es que la estrella es el guionista, en este caso la guionista. No es para menos. Se hace llamar Diablo Cody, y fue bailarina de strip-tease y operadora de línea caliente. De eso fue disfrazada a alguna entrega de premios... Pues bien, por difícil que parezca, este guión desprende un aroma profundamente conservador, nada acorde a alguien que a primera vista parece un pendón verbenero.

Aunque la Fotogramas y la Cinemanía suelen ser similares en muchos aspectos, esta vez me quedo con la crítica de la segunda. Y es que el argumento parece de un telefilme. Una adolescente se queda embarazada, no porque sea una guarra sino porque ha experimentado con su mejor amigo. En principio quiere abortar, pero luego le da un yuyu extraño y decide tener el hijo para dárselo a una pareja sana y feliz que no haya podido procrear por sí misma. ¡Ohú! Por muchas palabrotas que tenga, esta película la podrían regalar con el diario Alba y todo. Porque en su conclusión es aún más reaccionaria que en su principio.

El filme es una comedia con tintes dramáticos. Y tiene cosas divertidas desde luego. Pero el tono general me irrita bastante. Es como un concurso a ver quién da la réplica más brillante e ingeniosa, y en el caso de la Juno de marras llega a extremos de verdadera repelencia. Dan ganas de saltar a la pantalla, pegarla un bofetón y pedirla que actúe con un poquito más de naturalidad. Es un guión que se cree muy listo, y no lo es tanto. Esas conversaciones sobre discos y gore, por más que quieran recordar a Tarantino, las podría tener cualquiera. (¿No habláis sobre libros, listillos?)

Esta Diablo debe tener un cabreo considerable con el género masculino. No es de extrañar, si escribió el guion en los descansos de frotarse con la barra mientras palurdos babeantes introducían billetes por sus ingles. De los tres hombres de la peli, el novio es tonto; el padre, un buenazo; el padre adoptivo sale pingando, de irresponsable para arriba. En apariencia es feminista, pero Juno es al mismo tiempo un verdadero canto a la maternidad. Y no me meto con eso. Cada cual que tenga sus ideas. Quien sabe si yo, en otras circunstancias, podría haber tenido ya un retoño. Más lo que hay es lo que hay.

Solo es que esta la tacho de la quiniela, y a ver las otras cuatro.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo tengo al menos una pendiente, puede que sea de las cuatro que te quedan :P
pero esta no se me escapa jeje

Luis dijo...

A mí me quedan ya tres, pardiez. Y la que sí te recomiendo a ti y a todos es la de Expiación (con el ridículo subtítulo de... Más allá de la pasión)