Para celebrar que por primera vez en tres o cuatro años, ya ni recuerdo, puedo ver la retransmisión de la gala de los Oscar, tenía pensado narrarla aquí en directo, aunque no se para qué, habida cuenta de que a esas horas nadie, excepto fanáticos como yo, va a estar despierto. A ver si estoy espabilado y tengo fuerzas, si el Wifi lo permite me llevo el portátil al salón y allí contemplaré una gala emocionante en el sentido de que no hay un claro favorito. Me acompañará mi equipo habitual, Mr. Corn y Coca-Cola, quizá Baudelaire se sume en tiempos muertos. Solo espere que, como en los Spirit Awards de hoy, no triunfe la horrorosa Juno. Quien de fijo que gana, aunque solo sea por lucir sus zapatos valorados en un millón de dolares, será su diablesa guionista, a quien me gustaría preguntar si la repetida escena de los jóvenes haciendo atletismo es una metáfora de los espermatozoides corriendo hacia su meta. De ser así, me parecería lo más inteligente de su guión.
En la foto tenéis mi favorita. En esa película me enamoré de Keira (tabla de planchar, verdad Hopewell?) Knigthley, tanto como la destesté de corsaria del Caribe. Estoy contento, por Libia. Ha sido una gran semana y no puede haber mejor broche final. Así que si a alguien le apetece levantarse a las seis de la mañana...
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