No hay mal que por bien no venga, dijo Paco Franco después de que el coche de Carrero se echara a volar cual Delorean de Regreso al Futuro. A menor escala, yo también afirmé anoche lo mismo. Porque estaba muy seguro de mi plan, y eso siempre es un riesgo. Pero la soledad, en este caso, se tornó creativa, y lo hizo para recuperar uno de los proyectos a los que más cariño tengo, y uno por el que pretendo luchar con denuedo para que se haga realidad otra vez. Sí, digo otra vez, porque el original El ser reprimido ya está rodado, lo hice yo y, pese a un rodaje caótico, el resultado gustó mucho tanto a gente de confianza como a otras personas ya fueran de la escuela de cine o no. El problema eran los medios. No el guión, no la historia, que enganchaba como me sigue enganchando ahora. Yo siempre quise aumentar su categoría de mediometraje a largometraje, y en esto conté con la ayuda de Hopewell, que me aportó y me sigue aportando muy buenas ideas.
Retomé el guión en la escuela de cine de Ponferrada. La historia es muy dada a malinterpretaciones, y algunos compañeros iban por esa senda. Que si era una idea muy manida, de frikis contra gente popular, a lo comedia teen americana... Me dejé llevar, quizá quería aprobar a toda costa. Quitando el elemento friki, logré un tono más realista. Craso error. Es como hacer un potorro sin echarle Risketos. No tenía ni la más puta gracia, pareciéndose al original en lo del ajedrez y poco más. No le gustó a Hopewell. No me gustó a mí. No le gustó a nadie.
Desde entonces, he intentado recuperar la idea, pero he estado con otros guiones de no menor potencial. Por ejemplo, el de ÍTAKA, que ya os dije quería dividir en dos partes, la trágica y la cómica, debido, como en el caso de El ser reprimido, a la dificultad en conjugar esas dos facetas de un modo aceptable. Sin embargo, yo ahora lo tengo claro. Esta historia, llamada originalmente Chessmasters, es más comedia que drama, como pudimos comprobar durante las proyecciones del mediometraje. Pero comedia amarga, muy parecida al esperpento, es más, me gustaría hacer una especie de esperpento juvenil. Pero con notas dramáticas, desde luego. La mayor parte de ellas, relativas a las secuencias oníricas de la Conciencia, un personaje que jamás debí desechar. Pero lo friki es un pilar ineludible, para el que he añadido nuevos personajes que espero encontréis tronchantes.
Se nos acaba de ir Rafael Azcona. Maestro de guionistas, le llamaban. No seré quien lo niegue, yo de lo que vi de él tengo predilecciones y también cosas que imagino tuvo que hacer para ganarse los garbanzos. Lo que más me gustó de él fue que supo conectar con el espíritu de Valle-Inclán, sobre todo en colaboración con Berlanga, claro. Hay que recoger y modernizar su legado, a ver si levantamos el cine español, para lo cual os recomiendo que leáis el último post del amigo Hopewell, a quien espero ver esta tarde.
¡Larga vida a los Chessmasters!
1 comentario:
yA SABES QUE ME DECLARO MUY FAN DE eL SER REPRIMIDO, VERSIÓN 1. lA SEGUNDA VERSIÓN AQUELLA QUE ESCRIBISTE NO ME GUSTÓ NADA.
Perdón por las mayusculas...
Como decía, que siempre he sido partidario de que mantengas a la conciencia y de que los personajes si han de ser frikis sean frikis. Y no sólo de ajedrez, también los hay de pelis de los años 80, de series, etc... Pequeños detalles que pueden individualizar a cada personaje.
Ya sabes... que te voy a contar a ti.
Como sea, ya sabes que me gusta esa idea...
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