Siempre se van los que mejor nos lo hacen pasar. Al menos en el terreno del humor. Por ejemplo, Aznar. Él marcó el cúlmen de las Noticias del Guiñol. Ya el director de ese espacio dijo en su día que sería muy difícil superar su marcha, aunque de vez en cuando regrese a hacer alguna colaboración especial, como su elogio del vino (¿Y quién te ha dicho a tí que yo quiera que conduzcas por mí?) Sí, Aznar se fue pareciendo cada vez más a su guiñol hasta el punto de que era difícil separarlos. Y a medida que más espantoso se volvía su gobierno, más carcajadas arrancaba su versión de látex. La versión de West Side Story con Ánsar y ZP fue de antología. Uno de los hitos en los que la caja tonta no merece tal apodo.
Tras la pérdida de Aznar y el trasvase de Canal Plus a Cuatro, ya nada volvió a ser lo mismo. Sin embargo, aún quedaban un par de residuos del aznarismo para divertirnos las veladas. Los Guiñoles pasaron de la noche a la madrugada, al espacio de Eva Hache, más conocida como Pájara. El sabático año pasado, Nacho y yo alternábamos dos informativos de risa, con la compañía de una buena caterva de personajes imaginarios: Morruto, Maes, Marisa... En realidad, se supone que el de Sánchez Dragó era en serio. Lo fuera o no, parecía de coña. Completaba la tríada el de Iñaki Gabilondo de la Cuatro. En su responso diario, solía arremeter contra ese tándem procedente del antiguo régimen: contra Zaplana y, sobre todo, contra Acebes.
Zapla ya nos dejó hace unos días para dedicarse a negocios más lucrativos... Mi favorito siempre ha sido Acebes. Inolvidable. En el 11-M, en el insufrible post- 11M, en todos esos tours con nombres rimbombantes como Justicia, Libertad, Dignidad, Memoria, etc. Y especialmente en ese canto del cisne del nacional-catolicismo que fue la manifestación del 18J del 20o5( ¡Esto es un desmadre, queremos padre y madre!) Vaya, al final Mariano se los ha conseguido quitar de enmedio. Como los hermanos Marx, a los cuales se parecen, han ido quemando toda la madera hasta acabar cargándose la del propio tren. Sin embargo, ¿quién nos divertirá ahora? ¿Soraya Sáenz de Santamaría? Lo dudo. Bueno, con Esperanza Aguirre aún hay espectáculo. Y Ana Botella. Pears and apples. Y siempre nos quedará Federico.
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