domingo, mayo 25, 2008

Todo tiene un límite. ¿O no?


Aunque estemos en el día del Orgullo Friki, no voy a hablar de la gala de Eurovisión, pero sí de uno de sus daños colaterales, lo cual resulta de mayor interés desde mi punto de vista.

Nos han enseñado, y eso me lo se aunque por desgracia no lo pusieron en el examen, que la lingüística no debe ser prescriptiva o normativa. Vamos, que se tiene que limitar a estudiar los diferentes registros de la lengua, pero no imponiendo uno de ellos como norma. Eso es lo que hacían los filologistas del pasado, imponer el registro de unos pocos y selectos autores, y además su mejor registro, el escrito. Luego, en teoría, todas las manifestaciones de la lengua son de interés para esta disciplina, ya sea de carácter popular o más elevado. Esa es la única razón por la que me explico que hayan invitado al del Chiki Chiki, cuyo nombre no escribo porque es muy largo y en un par de años nadie se acordará de él, a dar una conferencia o algo así en el Instituto Cervantes de Belgrado. Se supone que el fin de esta organización es promover la enseñanza de la lengua española y la cultura española e hispanoamericana. Claro que, ¿qué clase de cultura? ¿Debe o no debe tener un criterio intelectual? Pero, para alucinadas, las explicaciones del propio personaje y sus adulones. En TVE, que no se para qué se molestó en despedir a José Luis Moreno si ahora nos vienen con esto, no han podido hacerle más la pelota. Antes del Telediario, en el Corazón Corazón tuvieron la desfachatez de decir que el Chiki Chiki había ido allí a darles una charla de gran valor filológico. Lo peor es que creo que lo decían en serio. El propio histrión dijo que quería enseñar a los estudiantes el significado de la expresión del término "Perrear" Y dijo tres o cuatro acepciones, pero ninguna en el sentido correcto. No os molestéis en buscar ese término en el diccionario. Porque proviene del riguitón, esa bazofia importada del otro lado del charco. Y perrear, creo yo, se refiere a esos frotamientos, como de mandriles en celo, que los que bailan eso se hacen los unos a los otros. El director del Instituto se apresuró a excusarse diciendo que era un encuentro informal. Nos ha jodido. Solo faltaría que fuera formal. Pero, ¿cuál habrá sido la imagen que se les habrá quedado a los estudiantes de nuestro país? Igual luego vienen y se creen que todos somos igual de gilipollas. Digo yo, ¿no hubiera sido preferible que invitaran a Chiquito de la Calzada? I mean, el Chiki Chiki no se ha inventado nada, a excepción de términos como el "maiquelyason", que no son más que aproximaciones fonéticas al nombre inglés original. Pero Chiquito inventó lo que parece ser un dialecto del español, con sus "Fistro, No puedor, Pecador de la pradera, Duodeno sexuar..." Y, en su día, el fenómeno llegó mucho más lejos. Porque dudo mucho que al Chiki Chiki le contraten para hacer una película y esta quede segunda en el box office. (Que la película sea buena es otra cosa, Spain is different) Por tanto, lo de Chiquito hubiera sido más comprensible, pero no se, creo que César Antonio Molina ha metido la gamba. El gran Roman Gubern, que dirigió el Instituto de Roma, ha dicho que él jamás lo hubiera permitido.

Por favor, no hagamos de la cultura una tabla rasa. No soy prepotente si digo que el Chiki Chiki no puede ni debe estar al mismo nivel que una canción de Beatles, Doors, Batiatto o Héroes. La cultura es un bien. Quien la quiera adquirir, está en su mano adquirirla. La cultura popular es tan digna de respeto como la más elitista, porque ambas pueden tener la misma calidad. Como escritor o como creador en general, esta es mi máxima, desde luego. Y un mismo autor también puede alternar obras para el gran público con otras más selectivas. Pero que no nos tomen el pelo. Que no nos digan que lo de anoche ha sido una bocanada de aire fresco y picardía entroncada con la tradición humorística española cuando en realidad no es más que una operación de marketing inmensa cuyos beneficios van a repartirse tres o cuatro listillos. Pero, ay amigos, el globo se pinchó, ahora a pensar en otra cosa. Y, al igual que los muñequitos del Neng cogen polvo en las estanterías de saldo, también dormirán el sueño de los justos los tupés, las gafas y las guitarritas de juguete posiblemente después del verano, cuando todo este fenómeno haya sido amortizado en miles de verbenas y pachangas a las que espero tener el gusto de no asistir.

Y, hay una cosa que tengo clara. Si el decano de nuestra facultad perdiera la cabeza e invitara al personaje junto a sus coristas feas y tetonas para dar una charla magistral, la única posibilidad de que yo fuera, y confío en que mis compañeros me secundaran, sería para lanzar huevos. Porque este fenómeno está moviendo miles de euros, y luego a los de Filología Hispánica nos dicen que deberíamos de desaparecer porque no somos rentables. Que se jodan.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

España.....¿País de Pandereta?

Luis dijo...

... Y charanga, jeje.