lunes, mayo 19, 2008

Demasiado morlaco para una sola estocada.


Ante el examen que acabo de terminar hace poco más de una hora voy a mantener una postura algo ambigua. Pero franca. Porque, la verdad, no se si he aprobado o no. Si digo que suspendo, luego corro el riesgo de aprobar y que me odien. Sin embargo, regla no escrita acerca de mi pesimismo mal justificado tiene excepciones. Con esta asignatura, de hecho, jeje. Por ejemplo, tomemos la noche anterior al primer examen de Lingüística, en la UNED. Fijáos si me lo tomaría poco en serio que la pasé en el mítico Rebel Rebel. Y todo el mundo diciendo que me quedara porque, a fin de cuentas, iba a aprobar igual. Pero no fue así. Cateé con 4 (una nota que también barajo para lo de hoy)

Ayer no me dejé llevar por el vicio, pero casi. Mantuve la cabeza en mi sitio, pero me costó ponerme a repasar. A mi mente acudían todo tipo de imágenes, algunas relacionadas con el estudio y otras tangenciales al mismo, relacionadas con otros asuntos personales que sin duda requieren de mi reflexión. Pero ayer no era el momento. Merced a lo que he estudiado, creo que merezco un promedio entre el aprobado justo y el suspendo alto. Han sido dos semanas, sí, pero discontinuas, con desvaríos varios, valga la redundancia lingüística. Todo muy mejorable, pero ahora no quiero oír hablar de junio, mucho menos de septiembre. No al menos hasta que nos de la nota.

Por lo que se refiere a esta mañana, llegué bastante bien dormido, dentro de lo que cabe. La cosa fue a peor a lo largo de las siete horas que duraba el examen, con sus lógicas pausas. El teórico lo encaré bastante despierto. En el descanso de mediodía, cometí el error de no tomar ningún refrigerio. Y el teórico, más complejo, salió peor. En determinado momento comencé a divagar, fuera por hambre o por hastío. Me puse a pensar en Indiana Jones. Había visto las críticas del preestreno de la cuarta película en Cannes. La de El Mundo, mala. La de ABC, buena. De Indiana Jones pasé a los Abrasadores, que a fin de cuentas no son más que hijos bastardos del mismo. Una parte de mí se rebeló, urgiéndome a abandonar el estudio de aquellas abstracciones para ponerme a escribir aventuras, que es lo mío, y no se si lo podré hacer mejor que Lawrence Kasdan, pero seguro que sí mejor que David Koepp.

Lo peor es que ya tenía ganas de irme a casa pero por la tarde teníamos el Comentario de Texto, a las cinco. Solo valía para subir nota, y yo consideré que lo necesitaba. Por primera vez comí en la cafetería, un menú ligero. La universidad no es la guardería, así que por desgracia no tiene camas para echarse la siesta. Estuve leyendo un poco y luego me encontré a una chica que está haciendo mi carrera pero ya anda en Quinto, con unas cuantas de Lengua pendientes. Del Comentario mejor no hablar. (Ni comentar, ¡ah!) Solo se que me estaba durmiendo sobre la mesa. Regresé a casa con una sensación agridulce pero a la vez de alivio. Se acabó el primer round. Eso no quiere decir que pueda relajarme, pero sí organizarme mejor, con cierta perspectiva.

En fin. Ya os contaré, cuando haya más noticias, si el gobernador de Libia ha estado conmigo o fue de puente de San Isidro y al volver le pillo atasco y no llegó a tiempo.


PD- Franco Batiatto participó en Eurovisión. ¿Cómor?

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