martes, junio 17, 2008

CAMPAMENTO JESÚS.


CAMPAMENTO JESÚS.


Aún cuando no os gusten los documentales, os recomiendo de viva voz que os bajéis este, lo emitieron en el Canal Plus y no llega a la hora y media. Tiene trozos subtitulados y otros con doblaje, y os aseguro que es entretenido, instructivo y en algunos momentos provoca auténticas carcajadas, aunque sus protagonistas no lo quieran.
Campamento Jesús nos cuenta la vida de un grupo de evangélicos de Kansas, centrándose principalmente en la ministra Becky, una oronda mujer que se ocupa con su gran cuerpo y, sobre todo, alma a aleccionar a los niños en la fe de esta rama del cristianismo. No es cuestión baladí. Hay que reseñar que, si George W. Bush llegó a la Casa Blanca fue gracias, en gran parte, a estos grupos de presión, y él ha devuelto el apoyo con creces. La ministra Becky organiza todos los veranos un campamento en Dakota del Norte, donde van niños solos o con sus familias. A lo largo del metraje vemos retazos de la vida de varios de estos infantes, algunos realmente memorables como la chica fanática del heavy metal cristiano. Como telón de fondo, está la lucha de Bush por colar a un juez conservador en el Tribunal Supremo, con lo cual tendría a su favor legislar sobre temas espinosos como el aborto y demás. El contrapunto a los protagonistas de esta historia es un locutor de izquierdas, que desde su programa arremete contra esta peligrosa mezcla de política y religión, incluyendo una confrontación final entre la ministra y él.
Este documental tiene un estilo bastante alejado de Michael Moore, por si esperabais algo así. No caricaturiza. No se burla de sus personajes, simplemente les deja hablar. Habrá quien se identifique, y habrá quien les considera una banda de tarados. Pero lo que no se puede negar es que la ministra Becky tiene una energía y un carisma considerable, sabe amenizar sus sermones para niños con toda clase de juguetes, para así hacer más gráfico el mensaje y que tenga mayor capacidad de penetración. Si el documental hubiera durado más, me habría encantado tener más momentos contradictorios como algunos que aparecen. Porque, creo yo, por mucho que esta gente esté sobrada de entusiasmo y de verdad defiendan con ardor sus ideas, los extremismos suelen conducir a momentos discordantes. La ministra habla del peligro de los malos pensamientos, pero en el backstage la sorprendemos aplicándose cantidades ingentes de laca sobre su pelo teñido, porque la coquetería también es compatible con la religión, al menos con aquella que no utiliza burkas ni pañuelos. Y dice un comentario muy sincero, algo así como Esto me supera.
Y los niños, por supuesto. No se les puede tener atados las veinticuatro horas del día bajo una correa moral. Por eso, después de que Becky cargue contra Harry Potter sugiriendo que en el Antiguo Testamento (¡qué brasa con el Antiguo Testamento!) le hubieran lapidado, un niño reconoce que, aunque su madre no le ha dejado ver la película, la ha visto en casa de su padre. Supongo que prefieren las Crónicas de Narnia, jeje.
En fin. Bueno es que esta gente haga con su libertad lo que quiera. El problema, desde luego, es que quieren coger también la libertad de los demás. No hay naciones cristianas. Hay ciudadanos cristianos. Ninguna religión debería tener carácter estatal, y si la tiene ese país es un fraude. Yo no necesito que venga un líder evangélico yanqui a decirme que la homosexualidad está penada por la Biblia, no voy a sentirme culpable por pasar la vista de un tío a una tía en menos de treinta segundos. Si Dios no quiere homosexuales, que no los hubiera creado. Como nos pongamos todos a comportarnos mirando en el espejo de hace miles de años, pues hala, a legalizar la esclavitud, o la pederastia como en Grecia, o a enviar cartas de amor en vez de correos electrónicos (no todo es malo) Yo me alegro de haber visto este documental, da la otra cara de Estados Unidos, la que no puede ser encontrada en San Francisco.
Recomiendo su visión en general. Incluso podrían proyectarlo en el próximo congreso del PP, seguro que generaría opiniones encontradas.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo. Ya lo había visto y me pareció casi de ficción, porque todo parece increíble. De este palo, pero sobre las armas está "Papá, comprame un Kalashnikov", de Jon Sisitiaga para Cuatro. Muy sobrecogedor también, pero con demasiada crítica porque sí, no como éste, en el que el espectador decide si los protagonistas son "buenos o malos".

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo. Ya lo había visto y me pareció casi de ficción, porque todo parece increíble. De este palo, pero sobre las armas está "Papá, comprame un Kalashnikov", de Jon Sisitiaga para Cuatro. Muy sobrecogedor también, pero con demasiada crítica porque sí, no como éste, en el que el espectador decide si los protagonistas son "buenos o malos".

Luis dijo...

Bien cierto. Por eso es bueno, no es parcial. Aquí tan solo hay distintos puntos de vista, por extremos que sean. Lo discutible ya es la manera en que se tratan de imponer a los demás, pero yo creo que no es un documental de propaganda.
Estados Unidos es un país de extremos, ya se sabe. Fijáos por ejemplo en San Francisco, donde ya se ofician bodas gays y a la puerta del ayuntamiento están personajes como los de la peli con sus pancartas prometiendo el infierno y tal.
Aquí en España no llegamos a tanto. Si acaso, a cierta esquizofrenia política jaja. Mirad si no a Esperanza Aguirre, que decía que ella siempre estuvo en contra de poner un recurso de inconstitucionalidad contra el matrimonio gay. Desde luego que, a menos que lo retiren, ya pueden irse olvidando del viaje al centro...