martes, junio 24, 2008

Exaunamen.


Las grandes metas requieren grandes esfuerzos. Y, a grandes esfuerzos, grandes sacrificios. Si dicho sacrificio ha merecido o no la pena, os lo podré contar dentro de una semana. Os puede parecer una chaladura lo que os voy a narrar. Sobre todo a la gente de León, porque fuera de aquí hoy sigue siendo un día laboral como otros. Pero ayer, que se supone es la noche más corta del año, me acosté cuando aún no se había puesto el sol, a eso de las diez. Y caí como una auténtica marmota, sin que apenas los fuegos artificiales me despertaran, sobando casi doce horas. No es algo que yo desease, era mi organismo quien lo necesitaba. Lo siento sobre todo por no haber podido aceptar la invitación de mi primo Juancho, el Abrasador Buen Ojo Número Tres, a quien aprovecho para felicitar por su santo y cumpleaños a la vez. Siento náuseas solo de pensar cómo podría haber terminado anoche si me llego a sumar al clásico "cóctel entre amigos" a la orilla del río... Por supuesto que él y yo tenemos muchas cosas que contarnos, sobre todo experiencias de California y afines, así que te debo una, Juancho, y también tu regalo: un dibujo sobre un personaje muy característico de nuestra infancia. Espero que no me quede un monigote...

Como sea que yo no quería llevarle la contraria al resto del mundo, encerrándome en mi torre cual Gandalf en Isengard, recapitulemos hasta el domingo para así aunar las causas de este despropósito. Voy a dar aquí la razón a Edgar : la víspera del examen es mala para el estudio. A los que aún andéis con carreras, os aconsejo que dicho día procuréis despejaros de la mejor manera posible. Yo me bloqueo, sin duda. Tras repasar algo, me puse a hacer un poco de todo y un mucho de nada. Hasta que, como muchos españoles, me enganché a la Cuatro dispuesto a ver cómo nos apeaban en los cuartos one more time. Si ya estaba nervioso de por sí, ese partido fue como una sobredosis, más de dos horas de sufrimiento aunque el final el sacrificio mereció la pena. ¡Y eso que a mí no me gusta el fútbol! Así que nos ponemos ya más allá de la medianoche, y fue la primera vez del año en la que tuve verdaderas dificultades para dormir por el calor. Lo hice a trancas y barrancas, y a las siete en pie de nuevo.

Por lo que se refiere al examen, ya os habréis imaginado por el título que lo peor fue el calor. Y eso que estaba al lado tanto de la puerta como de la ventana... De todos modos, no voy a hacer ninguna predicción respecto al resultado. La crisis, o desaceleración académica, me ha alcanzado también. En Lengua, tan de sobrado que iba yo saliendo de tapitas por el Húmedo, bajé de nueve a suspenso (alto, eso sí) Me cargó la parte práctica. El profe había programado una clase de refuerzo cierto lunes a las diez de la mañana. Yo, lirón de nuevo, no asistí, ni la mayor parte de la clase, luego parece haberse tomado una cierta vendetta. Como sea que la nota final es de 8, me da igual.

Lo peor vino después de comer. Y eso que fue un almuerzo ligero. Empezaron a darme asfixias y mareos, cual si fuera una Amy Winehouse cualquiera. Aún faltaban dos horas para la parte de comentario de texto, así que decidí pirarme. Al final, la posibilidad de coincidir en el autobús con mi profesor de Latín me disuadió, por fortuna. Porque dicha parte creo que es obligatoria, aunque yo la tomaba por opcional. Recobré fuerzas leyendo un libro sobre Tolkien a la sombra de un árbol. Tolkien era filólogo y llevaba una existencia tranquila, dando clase en la universidad y redactando fantasías en sus ratos libres, para evasión tanto suya como de sus lectores. Quizá ese sea el camino a tomar... Suerte que me quedé al comentario, porque fue la parte más fácil y la que puede aprobarme en caso de duda. Al llegar a casa, saqueé un poco la menguante nevera y caí a plomo en la cama, tal como os he dicho.

Pero estoy contento. Cuando el año pasado me dio el aire de venir a retomar la carrera, mi único impulso era aprobarlas todas en junio o septiembre, en ningún caso repetirlas para que así no tuviera que acabar la carrera aún más tarde. Con los altibajos que os he comentado, al final ha salido un resultado digno, un par de sobres y tres notables (dos convalidados), a la espera de saber esta última. A ese respecto sí que he aumentado la confianza en mí mismo, porque al tercer intento ya estoy en Segundo de Filología Hispánica. Puede que mi senda os parezca algo tortuosa, pero lo que importa es el resultado, y yo os animo a todos a que sigáis vuestro propio camino, aunque siempre teniendo en cuenta los ánimos, consejos y comprensión de vuestros familiares y seres queridos. Qué sentido tendrá la vida si no...

Pues nada. ¡Feliz Estación Sauna, amigos! Es la que más detesto, aunque reconozco que algunos de mis mejores recuerdos los tengo en ella. Por España, León y Libia, felices fiestas a quienes cuadre y que os divirtáis como yo espero hacerlo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

I can't believe "de que" no salieras en San Juan. Eres un Loser!!Voy mañana para allá así que nos vemos en San Pedro!!

Luis dijo...

Ja, ja. Me imaginaba que opinarías así. Y, la verdad, yo estoy contigo al cien por cien. Me resulta patético pero no pude evitarlo. Si acaso, con un par de anfetaminas. Pero bueno, lo que no tuvo San Juan lo puede dar San Pedro así que... ¡Podemos! Je, je.