viernes, agosto 22, 2008

La foto se queda.


Con motivo del traslado desde Madrid a León, este portátil me está viniendo con un montón de gilipolleces, sobre certificados de seguridad o no se qué. Y, lo que es peor, no me deja meterme en el Messenger. No se para qué crean un solucionador de problemas si luego no soluciona nada...

Pero, en fin, quiero hablaros de dos buenas salidas, en el sentido de salidas por la noche, no de mujeres salidas, se entiende. La primera tuvo lugar el martes, la segunda ayer mismo. En Madrid se celebró un cónclave inolvidable, que sirvió para limpiar la imagen que tenía de Príncipe Pío. Por esa zona, en los aledaños de la disco-antro Riviera, tuvo lugar un incidente que sufrí por la eterna cobardía del ser humano, heredada desde Caín. No obstante, no fue más que el fruto de una serie de catastróficas desdichas, por lo que la cena en el VIPS del centro comercial de allí borrará en parte el recuerdo. Acudieron los hermanos Gutiérrez, Gema y Javier, alias Saberius (cuyo blog tenéis en los enlaces); Oli, Sandra y Tis. Un encuentro para enmarcar en la mente.

Como lo fue también el de anoche. Pese al cansancio típico de la jornada de viaje, hicimos lo que en principio iba a ser cena de primos y luego se quedó en tapas y copas de primos (y tequilas, last but not least) Ahora entenderéis el título de la entrada. Yo quería sustituir la foto de los Abrasadores, pero Espe está hecha una pequeña abrasadora chapona, por lo que tuvo que quedarse hincando codos para la recuperación. Es comprensible, yo ya sufrí en mayo y junio así que por fortuna ahora toca disfrutar. Aparte de Car y Juan, vinieron Claudia, Mowgli, Carli y Sandra. Todos primos o consortes, brindando por la próxima llegada a la tribu de un nuevo miembro sueco. Sí, este mensaje es largo, pero no creáis que no me cuesta escribirlo... En breve regresaré a la novela, mientras tanto espero que los motherfucker esbirros de Bill Gates solucionen esos problemas que hace cuatro días no existían y ahora sí. Tengo que mantener el contacto con la célula madrileña...


PD- Si con la Wii volvimos un poco al pasado, ayer todavía mucho más. Car y yo metimos euros en una maquinita de esas a las que solíamos jugar por cinco duros. Primero jugué yo al Willow (toma chute nostálgico) y luego ambos, a dobles, a todo un clásico llamado Caveman Ninja. Ahí va la foto por si os suena. A mí me mataron pronto... Pero quien tuvo, retuvo.

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