domingo, mayo 17, 2009

Día Internacional contra la LGTBfobia.

Hoy hace 19 años que se eliminó la homosexualidad de la lista de enfermedades de la OMS, por más que les pese a quienes creen que se hizo por motivos políticos. Por eso hoy es el Día Internacional contra la LGTBfobia, y mientras comía esperé a ver si los informativos se hacían eco de la celebración. Lo primero fue el fútbol, desde luego (ya lo comenté el otro día, panem et circensem) Luego dio la mala suerte de que la fecha coincidiera con el Día de Internet (ya veis, 365 días al año y en todos hay overbooking) Eso tampoco es cuestión baladí, que si no fuera por Internet yo no estaría escribiendo esto. Fue pasando el tiempo, y cuando pusieron un festival de hip-hop yo ya perdí toda esperanza. A destiempo. Justo antes del estreno del Ágora de Amenábar en Cannes, emitieron un breve reportaje desde la plaza Vázquez de Mella sobre el motivo de la transfobia, así como imágenes de un pasacalles por las ídem de Chueca. ¡Menos mal!
Este día ha coincidido, casi, con la final de Eurovisión, un certamen que, le pese a quien le pese, cuenta con un gran apoyo dentro del mundo LGTB. Aprovechando el evento, el movimiento gay de Moscú trató de manifestarse para reclamar sus derechos, y les llovieron hostias a tirios y troyanos, incluyendo a las cámaras de una TVE que lleva esta semana con un gafe descomunal. El hecho de que la marcha no estuviera autorizada no justifica semejante brutalidad. ¿Y cómo iba a estarla? El señor alcalde de Moscú debe de ser un homínido con tics estalinistas, pues dice que los homosexuales son como armas de destrucción masiva. ¡Por Libia! Si quiere ver destrucción, que se mire al espejo, tanto él como todos los politicastros cuya valía no debiera capacitarles ni para trileros de feria. Es una vergüenza que un país como Rusia, miembro del G8 y de todos esos clubs en los que se está por dinero más que otra cosa, se rebaje al nivel de Arabia Saudí, Irán y demás estados del Medievo.
Si la LGTBfobia necesita ser combatida es, precisamente, porque une más que el pegamento, por encima de ideologías enfrentadas. Lo de Oriente Próximo es todo un ejemplo. ¿Cuál es el único motivo que podría poner de acuerdo a cristianos, judíos y musulmanes, quienes suelen dirimir sus diferencias a sangre y fuego? Pues, sí, prohibir la marcha del Orgullo Gay en Jerusalén. Una extraña solidaridad provocada por el mismo pensamiento sectario. Así pues, confío en que esta fecha se vaya extendiendo en los próximos años. Merced a estos contrastes que tiene la vieja Europa, tras la barbarie de este año para el próximo el concurso se celebrará en una capital nórdica, tolerante y moderna, como Oslo. Y yo me alegro, porque me gustaría visitar ese país en lo sucesivo. Por lo que se refiere a España, que vuelva el chiki-chiki o bien mandemos al cuerno este espectáculo en el que siempre tendremos pase VIP.

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