viernes, agosto 28, 2009

La sauna perpetua.

Argggggg. ¿Cómo se me ocurriría venir a esta ratonera de locutorio con el calor que hace? Estoy por ceder los 25 céntimos que me quedan por si alguien los quiere aprovechar mejor... En fin. I am still alive. Y bastante bien pese a todo, porque lo del calor ya sabíamos que era una condición sine qua non... Como dice Tomás Moro respecto a los habitantes de Utopía, el mero estado de buena salud física ya es un signo de felicidad, aunque nosotros no podamos darnos cuenta de ello hasta que la perdemos. Nunca viene de más una buena sauna sin quitarse la ropa, y realizar costumbres que solo nos afectan en vacaciones, como echar la siesta. En fin, ahora me voy a tomar una buena comida (que no ligera), vegetar un tiempo considerable y luego pensaremos qué plan tomar, ya que lo bueno de estar por aquí un par de semanas es que no hay mucha prisa para llevarlos a cabo. Saludos a los que andan por León, suponiendo que el clima les sea más benigno.

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