martes, agosto 04, 2009

Quitarnos de en medio.


Ayer vi un documental de National Geographic traducido como La tierra sin habitantes, aunque mejor hubiera sido La tierra sin humanos. Population Zero, que así es el rótulo original, se plantea el supuesto de qué sucedería con este planeta si, por la razón que fuese, la raza humana desapareciera en este mismo momento, como por arte de magia. La conclusión es que, si queremos que la Tierra se recupere, lo único que hay que hacer es... quitarse de en medio. Es decir: la Tierra puede seguir sin los humanos, pero no los humanos sin la Tierra (a menos que se de la dudosa opción de encontrar otro planeta o inventar la máquina del tiempo)

Al principio, el caos. Cuando los humanos desaparecieran, miles de mascotas y animales quedarían atrapados en casas, granjas y zoos; algunos lograrían salir y tomar las ciudades, otros morirían. Los reactores nuclerares explotarían extendiendo sus tóxicas nubes de radiación, y miles de aviones caerían en picado. Sin embargo, después de ese inicial desbarajuste, el ritmo de recuperación sería asombrosamente rápido. Llevamos miles de años jodiendo a la Madre Naturaleza, pero bastarían un par de siglos para que esta hubiera borrado o enterrado casi todos los símbolos de nuestra supremacía, empezando por los monumentos más modernos.
Es un documental catastrofista, pero a la vez esperanzador. Catastrofista como le encantaría a un Roland Emmerich, que ya amenaza con estrenar 2012... en 2009, y así seguir amenazando con las enésimas profecías sobre el fin del mundo. Esperanzador porque la Tierra podría recobrarse y volver a ser un vergel. La putada es que para eso nuestra raza tiene que extinguirse. Lo cierto es que me ha encantado porque esa es la premisa de Los Abrasadores. Voy a adelantar cosas que aún no habéis leído, por si tuviera fuerza para escribirlas: Eteria es una gran villana porque, en el fondo, tiene razón. Es un espíritu de la naturaleza, vengativo y ya derrotado en el pasado, que quiere cargarse a los humanos y lograr el control de un mundo paralelo e inviolado, cuya defensa está a cargo de los Guardianes del Umbral, es decir, los Abrasadores. (Guardianes del Umbral se llamará la segunda novela que, siendo optimista, continuaré escribiendo el próximo verano) Así pues, lo que Eteria busca es cumplir la premisa de este documental, frente a otros espíritus más comprensivos que quieren ofrecer una última oportunidad a esta raza tan inteligente como estúpida que, según mi propia Cosmogonía, no fue creada por Dios sino por... Bueno, tampoco voy a revelar todas mis cartas, ja, ja.
Mosquis, ¡ahora me han entrado ganas de seguir con la saga! Pero, en fin, también debo dar cabida a proyectos más personales (y asequibles) en los que pueda meter cositas que en los otros libros, a fin de cuentas juveniles, mi conciencia no me dejaría. Os dejo con la recomendación de ver este documental; no es de los que se usan para dormir la siesta, está narrado como thriller y, os lo aseguro, es más corto, entretenido y catastrofista que la película de la que hablé ayer.

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