lunes, diciembre 10, 2007

¿Y el cuento, para cuándo?


Bloguerillo del Bernesga, de nuevo en apuros. Ahora que había estrenado el otro, resulta que una chapucera clavija que me vendieron para alimentar el otro portátil se me ha cascado, así que no me cabe por ahora mayor remedio que volver al antiguo, más lento si bien ya libre en virus. Un contratiempo no planeado dentro de una semana bastante rellenita.
Comenzó hoy el Taller de Escritura y Acción Creativa, creo que se llama, con puntos de bastante interés, aunque el entorno no acompañe del todo, una sala del MUSAC que más bien parece una nave industrial, en la cual el sonido reverbera y hace un frío del carajo, ya me gustaría ver allí a las compañeritas que se quejaban de eso mismo el otro día en clase. Hubiera sido más recomendable algo reducido, pero de las 20 plazas previstas se llegaron a las 35, si bien no todo el mundo ha ido hoy. Es algo más impersonal, pero no por ello pierde en calidad, la profesora, una novelista argentina que se llama Sara Rosenberg, o una vez más eso creo, comenzó hablando sobre las funciones del narrador, ejemplificándolas con relatos cortos, pero muy buenos, de Borges, Kafka o Baroja. Hoy ha sido más teórico que práctico, reconozco que mi primer ejercicio escrito no quise exponerlo, preferí esperar al que nos ha mandado para mañana, que aquí también hay deberes, para así disponer de mayor tiempo para su preparación.
Ironías de la vida, al igual que en el otro congreso pude estimular mi gusto por la poesía, en este taller creo que me sucederá lo mismo con el relato. No lo escribí entre mis propósitos del año, pero si bien recordáis, allá por marzo lo intenté con la narración Breakfast at Rodilla´s, pero luego no seguí por ese camino. La verdad es que me da mucha pereza escribir cuentos, y no entiendo a qué se debe, si hoy hemos podido comprobar que bastan un par de folios para escribir algo, y que sea muy bueno. Y yo anécdotas tengo a patadas. En fin. Todo a su tiempo, amigos.
Esta semana espero reposar lo máximo que pueda por ver si puedo desterrar este catarro que me hace sentir varios decenios más viejo de lo que soy, aunque con la temperatura del aula magna del Musac, jaja, va a ser complicado. Si alguno de los ejercicios que haga creo que merece la pena, lo colgaré por aquí.

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