22/1/08
Este es una especie de post especial para el blog que estoy escribiendo por partes, durante unos descansos que no debieran ser tales, porque no me los puedo permitir. ¡Ah, la musa, que entra sin avisar, ya se sabe! Dentro de tres días lo peor, si no todo, habrá acabado, así que ese es mi consuelo. No daré la brasa más en contar la gran importancia que tiene para mí aprobar este par de asignaturas. Primero, porque los que en vez de dos tienen ocho se estarán acordando de todo mi egregio linaje. Segundo, porque tanto clamar por mi injusticia me hace parecer a un Ruiz Mateos disfrazado de Supermán, por ejemplo.
Este escrito estrena un cuadernito que compré esta mañana en el chino. El amigo oriental es muy valioso cuando uno no gana cual JK Rowling patrio. Es de marca Vidal, dentro de la serie Modern Girl, es decir, cuatro muñequitas como las de ahora, con pinta de putones verbeneros. ¡No es de extrañar que la media a la hora de iniciarse en el sexo haya descendido tres años desde mi adolescencia!
Mi muñequita se llama Lucia, sin acento en la i. La escogí no porque fuera la que más me gustaba, sino porque tiene un piercing en la nariz, un aro, y ese es un signo muy importante para este cuaderno, me sería largo explicar ahora por qué. Es negrita, y el único punto en común que tenemos son los ojos verdes.
Cualquiera que lo encontrara, diría que pertenece o a una niña de doce años o a un trastornado de veintiséis. Es rosa, aunque eso me la suda. Para mí, esa mastodóntica frontera que separa los sexos masculino y femenino se me hace liviana. Tengo muy clara mi identidad sexual: soy un hombre. Pero considero que todos albergamos ciertas cualidades de cada género, aunque en algunos casos están bastante atrofiadas. Yo, si no en proporción idéntica, creo estar bastante equilibrado a ese respecto.
Otra cosa es la orientación. Para mí, es como la aguja de una brújula que rara vez se para quieta en un punto. (Sirva como botón de muestra la foto de Denise Richards sin bragas que he colgado en el otro blog. Confío en que nadie la vea denigrante. No se me ocurrió nada mejor para ilustrar el poema. Además, en una semana de meter mucho la nariz en libros, hay que alegrarse la vista. ¡Eso me recuerda que me tengo que ir!)
CODA FIN DE EXÁMENES- Los mismos, muy bien. La actitud del rector, muy mal. La bronca que nos cayó por la mañana pese a ser las víctimas, descomunal. ¿Que será, será? A ver si puedo seguir con este post, porque los fans de las chaladuras de Los Abrasadores no vais a quedar defraudados.
2 comentarios:
A modo de postdata... He comprobado que solo falta un mes para el aniversario del estreno del primer capítulo de la serie Vagos y Maleantes.
Tendré que abofetearme para no cantar eso de ¡Ah... como hemos cambiado...!
"Tendré que abofetearme para no cantar eso de ¡Ah... como hemos cambiado...!"
JA JA JA
OLI
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