domingo, julio 11, 2010

Los gafes éramos nosotros.

Cuando éramos más jóvenes, y no es que ahora ya no lo seamos, nos gustaba ir a ver los partidos de la selección española, aunque por lo general acabaran en fracaso. Ahora ya no, y por lo visto los gafes debíamos ser nosotros, porque sus triunfos han aumentado sobre todo de dos años a esta parte. Yo desde luego que me alegraré si gana la Roja, pero no será por la barrila con la que nos han estado friendo desde hace unas semanas, no digamos ya hoy. ¡Hoy no hay noticias prácticamente, todo es fútbol! El hecho de que sea algo histórico no justifica los infantilismos que tropecientas veces he visto por los medios, algunos me han puesto colorado, como si no lo estuviera ya por el calor.
No me parece normal que la primera imagen de un informativo sea la de un pulpo pitoniso. ¿Qué será lo próximo, nombrar a Manolo el del Bombo ministro de Cultura? Es bueno que gane nuestro país, aunque yo personalmente no voy a ganar nada; sí lo harán los jugadores, con unas cifras que a más de uno le harán replantearse si se habrá equivocado de carera. En fin, sea como fuere pasado mañana ya se vuelve a la vida normal. Y, faltos de originalidad, dirán que la noticia ahora es que es julio y hace calor. La noticia sería que hiciera frío, una noticia que me alegraría enormemente... Nos puede asombrar esto del fútbol, pero este país va por modas. Hubo un tiempo en el que el deporte nacional, por así llamarlo, fue el teatro, y creo que fue una época, al menos desde el punto vista artístico, bastante más brillante.

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