lunes, agosto 06, 2007

Contra los elementos


Y otra vez sol... Desde luego, creo que las tormentas de ayer para lo único que sirvieron fue para arruinar el colofón de una muy creativa semana, y eso que no he escrito nada, una tercera reunión con terracita incluida que ha debido ser pospuesta. En fin, si hay algo con lo que quiero seguir contra viento y marea es con este blog, y asi haré, ahora que mis compañeros blogueros han tenido que abandonar, confío en que de momento, los suyos debido a que ellos sí que curran de verdad... Yo lo único que no actualizaré será el termómetro bisex, en el que siguen arrasando las ostras, al menos hasta que se me ocurra alguna otra pareja con gancho.

Que el fin de semana no sería muy glorioso ya lo imaginaba yo, suelo pelearme con este mes, más o menos como todos aquellos que no están de vacaciones durante el mismo. Bueno, yo me he tomado ya, ejem, siete meses de vacaciones en lo que va de año, creo que ya me vale. Esta mañana regresé al INEM, y también a la tesorería de la seguridad social, para recoger un extracto de mi vida laboral que prefiero ni mirar. Y pensar que a estas alturas podría ser un gran carnicero... (todos aquellos que no conozcan todas las andanzas de Lazarillo del Bernesga no comprenderán esta alusión) Al INEM me han forzado a inscribirme, supongo que porque les viene mejor contratar parados. Pero bueno, tampoco seré tan victimista. ¿O acaso no soy sino uno más en el batallón de los precarios, los que ni siquiera llegamos a mileuristas? En Rodilla había una ingeniera. En Blockbuster, un médico. ¿Y yo que tengo? Un título fantasma de una escuela que sospecho pronto estará más desaparecida que Bin Laden. Incluso entre tanto tiempo cambiante, tuve la lucidez de recordar una señal.

El día antes de venir a Madrid en julio, fuimos a cenar al Pizza Tutto, como es tradición, el trío Jumpers, aunque yo ya me he desenganchado de esos gusanitos. Antes pasamos por el Telepizza, y había cinco o seis chicas, no recuerdo el número, con las gorras y haciendo pizzas de un modo sonriente (o al menos me lo pareció) Las bauticé como los Ángeles de Charlie del Telepizza, chanza que Alejandro y JF celebraron, sin imaginar que en el futuro yo también pasaría a formar parte del ejército rojo. No se si habrá Ángeles aqui abajo. Sospecho que no.

En fin, no se será malo o no, pero al menos se que esa empresa no quebrará a los dos meses de trabajar allí. Aún me faltarían quince años para parecer Kevin Spacey en American Beauty, así que de momento quedémonos con otra familia que se toma con sano cachondeo , ya que no hay otra, nuestra sociedad: Los Simpson. Encaramo su película a la lista de filmes veraniegos, porque entretiene, divierte, no dura ni hora y media y además aguanta un revisado. ¡Mosquis! Por cierto que yo la vi en latino, y Homer se llamaba Homero.

¿Te suena de algo, Hopewell? ¿O estás muy ocupado con los morlacos? Ja, ja.

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