viernes, agosto 10, 2007

Hay que apretarse el cinturón


Mi cuarto curro en dos años... Qué bene. No se puede decir que haya sido un mal comienzo. Bueno, si digo que hay que apretarse el cinturón lo hago con doble sentido. Primero, porque nada más llegar vi que el pantalón que me tenían asignado estaba unas dos tallas por debajo de mi volumen, que me debieron ver muy delgado y eso no me entraba ni con un fajín apretado, así que me quedé con los que traía, prometiéndome no comer ninguna pizza más de allí excepto en momentos señalados. De hecho, luego me ofrecieron y decliné señalando a dónde habían ido mis otros pantalones.

En el vestuario de hombres había un poster de la selección de fútbol de vecinitas (?) todas ellas llevando algo menos que el calzón reglamentario, algunos les habían pintado bigotes como el de Hitler, bocadillos poniendo Soy una zorra y una pintada muy realista: Estas son las mujeres que nunca tendréis. Desconozco cuánto tiempo llevaba eso allí, temí tener compañeros bastante garrulillos, pero vi que no era así. Aunque en tres horas tampoco pude confraternizar mucho, la verdad es que no me quejo en ese sentido. Mi trabajo fue en la mesa de ingredientes, ahí tampoco es que me apretara el cinturón porque fui un poco a lo brutico a la hora de echar, como si fuera para mí, y luego ya me avisaron para rebajar el nivel a extremos que no llevaran a la quiebra a la empresa. Nada que no se aprenda tras varios cientos de pizzas eso seguro.

Hoy libro. Tampoco es que me entusiasme mucho, porque pocos planes puedo hacer un viernes de agosto, pero bueno, se agradece de tos modos. El sábado ya volveré a la carga.
PD- El de la foto es mi verdadero lugar de trabajo ayer.

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