Pese a los fastos de la despedida de estas mini vacaciones durante la madrugada de ayer, a caballo entre primos y amigos reunidos de manera excepcional a lo largo de la semana, hoy estaba entusiasmado, cual niño en la mañana de Reyes, por levantarme para tener al fin en mis manos un libro que significa para mí tanto como su autora.
Hace unos cuantos veranos, estábamos Car y yo en la playa de Ribadesella, junto a la tía Luisa, que estaba escribiendo una carta para una amiga suya de León, cuya dirección estaba a nombre de la calle Monja Eteria, nombre que nos pareció muy curioso y en seguida se nos encendió la bombilla para utilizarlo en nuestros cuadernitos.
El libro que ahora tengo se llama Itinerario, de Egeria, pese a que antes en el periódico la llamaron Etheria, yo desde luego que me quedo con la Eteria que he puesto en el libro, tal confusión gramatical se debe a los pocos datos que se conocen de esa mujer, que por lo visto fue miembro de una comunidad de vírgenes que sobre el año 380 salió del Bierzo a Palestina, que ya son ganas, y convirtió el testimonio de ese viaje de tres años en esta obra, que fue descubierta en bla bla, os ahorro el rollo a quienes no os interese mucho la filología. En la foto de arriba se supone que la retratada es ella, aunque la verdad es que yo la veo mucho más guapa, y mucho más maligna. Es obvio que la pobre peregrina no tiene la culpa de que nos hayamos apropiado de su beata figura de tal manera, pero ahora ya tenemos un villano de tal calibre que lo único que se puede hacer es sacarle todo el jugo y, como me dijo Juancho antes de irse, conseguir un póster 90 por 100 de Eteria que adorne las lúbricas estancias de los adolescentes.
Para que veáis si me lo tomo en serio, he hecho ya dibujos y bocetos del personaje, algunos míos y otros copiados de comics de Conan, aunque más bien quería darle un toque manga, que es lo que se lleva ahora. Incluso he comprado unos fascículos de Planeta de Agostini con lápices de Faber Castell a ver si, ya que de nacimiento no fui especialmente dotado para la pintura, a ver si al menos el entusiasmo que le ponga me permite crearme una idea que luego quizá pueda poner en manos más expertas.
En fin, durante el viaje de esta tarde, a menos que me venza la pereza, y lo hará tras el fiestón, habrá que ver qué se le perdió a Miss Egeria por aquellas tierras...
No hay comentarios:
Publicar un comentario