martes, agosto 14, 2007

Volver


He vuelto al Hipercor de Pozuelo. Las razones que me han llevado a este breve regreso, en calidad de antiguo trabajador más que de cliente, son una confusa amalgama, casi tan indescifrable como las que me llevaron a abandonarlo en noviembre del pasado año.

En principio lo hice por visitar a las antiguas compañeras, descubrir caras nuevas e interesantes e ir a comer con Oli. También por curiosidad, por ver cómo estaba todo un verano después. Pero en el fondo, yo se muy bien que estaba tanteando las posibilidades un retorno ya con traje a mi antiguo puesto. Es decir, la vuelta del hijo pródigo.

¿Quiere eso decir que me arrepienta de haberlo abandonado? En parte sí. Y en parte no. A lo largo de estos meses he tenido experiencias dulces y amargas, pero en compendio me han otorgado mayor madurez y el suficiente realismo como para saber que en el 2006 dejé un buen puesto de trabajo, pero en el 2007 no lo habría hecho. Poco hubieran importado las tradiciones familiares navideñas, las maravillosas veladas invernales con té y moleskines, los viajes transoceánicos y al sur de España, los rodajes de Vagos y Maleantes, todo ello lo hubiera sacrificado por la estabilidad de un empleo que por lo menos me permitiera mantenerme, aunque fuera en parte, en esta ciudad, y no andar a caballo entre las dos. Un año parece poco tiempo. Pero nos da perspectiva. Seis meses de búsqueda. Y necesitaba la banderilla. Algo que lo rematara. Y creo que en el Telepizza lo he encontrado. No es que sea un curro lamentable, aunque sí es mucho peor que el anterior. Pero no es lo mío. Y en la librería, aunque fuera parcialmente, sí veía algo de lo mío.

El hijo pródigo marchó en busca de nuevos horizontes, gastándose sus dineros para volver maltrecho, no quiere humillarse para obtener un nuevo favor, para una nueva oportunidad ya que la antigua la desaprovechó sin dar ninguna explicación. Sabe que si vuelve tendrá que apechugar con todo aquello que en el pasado le motivó a huír. Pero ya no le importa, porque sabe cuáles son las otras alternativas.

Yo seguiré luchando, mandando relatos a concursos, escribiendo, pensando maneras de promocionar a los Abrasadores como las que pronto pondré aquí, pero antes de soltar una rama, tendré que asegurarme bien que me he cogido a otra. Si no, vamos listos. Pero bueno, no hablemos por adelantado y ahora a esperar a que se desarrollen los acontecimientos.

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