miércoles, junio 17, 2009

Matrículas al dente y a la boloñesa.

Esta mañana hemos estado en el emporio del triangulito verde para comprar viandas de cara a las vacaciones (las de mis padres, las mías no llegan hasta el 29) Cogí un bote de salsa boloñesa, que ahora trataré de bajar con el té.
Es lo que tiene la boloñesa, que unas veces sienta mejor y otras peor. Cuando se aplica a los estudios pasa igual. En el examen del próximo lunes la asistencia, la participación, las conferencias, en fin, todo lo accesorio va a ser de gran importancia a la hora de aprobar. Sin embargo, en la única asignatura que hemos tenido realmente aboloñada, creo que no llegué a la Matrícula de Honor por algunas pellas, nada del otro mundo, que me bajaron medio punto. Hombre, yo considero que no estamos en el colegio ya, y si algunas clases las tengo por estimulantes otras me aburren sobremanera. Con todo mis ausencias, no demasiadas, se dividen entre justificables viajes, una justificable fiebre y cierta vagancia no justificable pero a la que tengo derecho si luego demuestro que de conocimientos estoy bien surtido. Eso sí, cuando el profesor decreta Clase no presencial, eso significa que, aunque hayamos pagado los créditos, él se la puede pirar y nosotros nos quedamos en casita haciendo deberes o lo que nos de la puñetera gana. Sutilezas a la boloñesa, también, pero bueno. Este curso no me ha ido mal con el experimento.
Sí alcancé la Matrícula, sin aderezos, en Teoría de la Literatura, cuyo profesor es el crítico de poesía del Diario de León, José Enrique Martínez. Durante este curso estuve a punto de enseñarle algunos poemas de mi cosecha, para que me diera su opinión sincera a ser posible. No lo hice, tal vez por vergüenza. La profe de la boloñesa anterior también estuvo en el jurado que defenestró El diez por ciento y tampoco, por ahora, he querido consultarla al respecto. Otras razones serían el miedo a su crítica o que quizá pensara que estaba intentando hacer la pelota. El curso que viene, sabido ya que no hay necesidad de dar betún, quizá lo intente otra vez porque además impartirá otra asignatura más adecuada con la materia, Métrica.
Quizá, entre mi reducido corpus, tenga tres o cuatro con posibilidades de ser analizados por tan docta figura. Llevo un par de meses de sequía poética, tal vez ahora que las circunstancias cambiarán por momentos podré hacer un esfuerzo. Os lo haré llegar en ese caso por el otro blog, el hermano pobre, olvidado pero no por ello menos estimado.
Así que de asignaturas vamos 6-3, como si se tratara de un partido de la selección en ese torneo raro que se han sacado de la manga. Cuando se me asiente la salsa seguiré en ello y quizá no me pille el astado, como dejé caer de forma algo catastrófica...

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