lunes, enero 29, 2007

Hay luz al final del túnel


Imita, que algo queda, debieron pensar los responsables de los Goya tras ver la debacle absoluta del año pasado, al menos en cuanto a gala se refiere. Y decidieron hacerlo sin ningún pudor a modelo de los Oscar, lo cual no me parece mal siempre y cuando haya algo de sustancia en dicha mímesis. El propio José Corbacho dijo que quería presentar al estilo Billy Cristal, quizá sabiendo que es misión imposible, se quedó en aprendiz padawan que ha sabido asimilar con soltura la lección.
El primer sketch, de montaje de varias escenas, de hecho es muy parecido a los que suelen iniciar las galas de Cristal. El ritmo, dinámico. Los gags, desiguales, pero con chispas repartidas. Los premiados, menos coñazo esta vez por suerte. Y, sobre todo, y esto es muy de agradecer, menos panfletarios y quejicas. La presidenta nueva dijo que no se iba a quejar, y no lo hizo, soltó un discurso sobre la prehistoria y no dio mala imagen. Para mí lo mejor fue el momento final de Santiago Segura. Se nota que entre los dos cómicos hay buen rollo.
Y lamento que se fuera de vacío el corto de animación del profesor de la escuela de cine de Ponferrada. Se lo arrebató otro proyecto, cuyo creador puso la única nota de rancia demagogia de la noche, en plan buen rollito, aquí no hay barreras y todos cabemos.
Bien por Volver, bien por El laberinto. Buena cosecha, años como estos son difíciles de ver. Como esta semana habrá que empezar a plantearse buscar curro, no se si veré los Oscar, de todos modos estos Goya no me han dejado la permanente sensación de cabreo de los anteriores... ¡Y no premiaron a la Juani!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Te veo muy puesto con esto de las galas, igual te invito a participar en los Alicia de Primavera. Como presentador, digo, que seguro que haces méritos para alguna nominación. Parece que todo el mundo lo hace ultimamente... besos y ánimo con eso del curro. yo aún sigo a la espera. ohú.