viernes, mayo 18, 2007

Moleskine de un viajero en USA. Episodio II.


16 - 5 - 07


JORNADA DE REFLEXION


Ya que yo no tendre elecciones, anuque tampoco es que las echa demasiado de menos, he decidido meditar hoy, al menos durante la sobremesa, pues me hallo justo en el instante en medio de dos grandes travesias aereas, si bien la de manyana sera directa y no tan desesperante como la de ayer.

Si, amigos, muy felices me las veia cuando ayer os deje a eso de las tres, pero cuando ya llegaba la hora del vuelo de conexion, momento que no se me hizo liviano de esperar, y veia que de las siete y media se iba retrasando hasta un tope de las nueve de la noche, la desesperacion iba haciendo mella ya no solo en mi, que al menos razones tenia, sino en el resto de pasajeros que formaban aglomeraciones, ecos de las imagenes de Barajas que nos ponen todos los anyos cerca de estas fechas, sintoma de que la precariedad aeronautica es patrimonio mundial. Al fin nos metieron en una cafetera con alas que solo requeria el cuidado de una azafata, valida por dos, la segunda hombruna de la jornada, da la impresion de que por estos lares tienen mas en cuenta la profesionalidad que el atractivo fisico. La aeromoza se sentaba al principio del pasillo, entre dos filas de asientos, y no pude evitar que me pareciese el patron de un barco negrero. Todo fue bastante comico en ese vuelo, porque el avion primero aceleraba, aceleraba, y luego frenaba en seco, en una especie de marcha atras que me daba ganas de decirle: No pares, sigue sigue. Pero estaba esperando el turno de depegue, y cuando asi lo hizo ni me entere de que habiamos llegado a Dulles, y pude respirar de alivio al llegar al Baggage Claim y ver a Paco, algo habre heredado yo tambien del espiritu de Paconcio el Vagabundo, pues no se me dio mal el viaje.

Ya en coche y con la maleta intacta llegariamos a Bethesda, en las cercanias de Whasington DC, una pequenya y acogedora ciudad que mezcla las viviendas unifamiliares con edificios altos, tan altos como este atico en el que me encuentro, la planta 12 de un edificio con nombre de teleserie, The chase. Al ver el piso de Paco pense que me habia equivocado de profesion. O que, ya de escribir, al menos podria hacerlo con el afan ladrillero de una Danielle Steele, por ejemplo, cuyo mansion supongo que vere en SF.

En analogia al mayor y el menor de los hermanos, el mayor y el menor de los pisos. Parece mentira que en el mismo dia pasara de mi pocilga matritense a este amplio, luminoso, pulcro y muy bien decorado apartamento, que ademas tiene una vista excelente sobre la zona, bien lo se porque anoche, gracias al buen clima que habia predominado durante todo el dia, cenamos en la terraza, mucho era mi jet lag como para tomar nada fuera, me conformaba con lo ideal de la escena y el sabor a mision cumplida, de nuevo pizza congelada a regar eso si con licor muy especial, pues se trataba de una cerveza que habia sido elaborada de manera artesanal por Paco, sin duda la mejor aportacion leonsea al dorado elemento desde la Coronita, por ello brindamos y mi caida al futon fue aparatosa.

Pero mi descanso fue bueno y hoy pues me he dedicado a estas florecientes cronicas y a discernir entre los multiples mapas de Paco a ver que rutas me trazo no solo para SF sino tambien para cuando regresemos a The Chase, en el par de dias que tendre antes de mi retorno, y a visitar bien DC y quiza ir a despedir a Bush II, que tantos buenos momentos ha dado a la historia del humor. Por el momento, esta noche parece que iremos a la capi a cenar, pero no precisamente a The Withe House...

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