lunes, mayo 28, 2007

Moleskine de un viajero en USA. Episodio XII


RIO ABAJO: CRONICAS DE YOSEMITE (ONE)

Lo que me gusta mas del rio es que nunca es igual que ayer, sus aguas siempre corren sin descanso, si en paz deseo yo vivir un precio he de pagar, no saber lo que este rio esta ocultando. Rio abajo lo vere...
Me ha parecido lo mas apropiado comenzar asi. Con la primera estrofa de la cancion Rio abajo, por estos lares Just around the riverbend, de la pelicula Pocahontas, que nunca ha sido bien entendida y supongo que por ello en una reciente encuesta de personajes populares sobre filmes de Disney tenian la desfachatez de colocarla en ultima posicion. Pero yo si comprendi su mensaje, quiza demasiado turbio para la audiencia infantil, y cuando descendiamos por las aguas del rio Merced me venia al casco esta tonadilla, en un doble sentido, primero por la evidente semejanza fisica de la situacion, todos podriamos ser la princesa india, cambiando Virginia por California, paleando el agua si bien mejor preparados y descontando al mapache. Y, en sentido metaforico, la letra habla del doble camino entre la estabilidad y el riesgo, colocarse en posicion acomodaticia o aventurarse por los rapidos del rio aun a riesgo de ser engullidos por la corriente. Si hay que hacer una correlacion respecto a la vida, yo disfrutaba cuando la lancha mas violentamente era zarandeada por las olas, mientras que cuando el cauce se estabilizaba, me entraba una cierta modorra, hasta el punto de casi cerrar los ojos para disfrutar de una placida siesta amarrado al remo.
La idea era excelente desde luego, tuvimos suerte de descubrir ese lugar que nos daria la oportunidad de hacer rafting por un rio salvaje de aguas tan pristinas que en muchos lugares se veia el fondo. Yo tampoco estaba muy seguro de cómo saldria la ruta. Mi experiencia era mas bien poca. Di paletadas en mi ultimo viaje al extranjero, en Finlandia, en una barquita sobre un lago. Lo mas parecido a lo de ayer fue en el populachero descenso del Sella, junto a mi tia Luisa, pero aquello era mas en plan romeria, como llevando la tortilla de patatas en el compartimento de la piragua, la cual volcamos un par de veces, por lo cual era un mal antecedente. Ademas, tendria que coordinarme y recibir instrucciones tanto de companyeros como de monitora que hablaban un ingles cuyo dominio por mi parte no deja de estar en el nivel de turista en viaje de dos semanas. Todos mis temores, al igual que en el puente, se disiparon en el momento de la accion, y fue una travesia del todo inolvidable, que quedara ademas inmortalizada porque, precisamente debido a ese estar lost in translation, no me entere de que una nayade acuatica, rubia y con tanga sobresaliendo (las chicas y chicos de la montanya son los mas guapos), nos iba sacando fotos, en la mayoria de las cuales salgo con los ojos cerrados, incluso en una, que obviamente no voy a colgar, mi rostro alcanza un nivel tan inhumano de contorsion que se diria se ha convertido en El grito de Munch. Solo era la emocion...
Aun faltaba el Yosemite Park en si mismo. Hay que reconocer que los yanquis cuidan bastante de sus parques naturales, y este es verdaderamente asombroso, no solo por los pinos y las cascadas, que aunque hermosos se pueden encontrar en otros paisajes, quiza en la propia Leon sin ir mas lejos, pero el sello distintivo de Yosemite son los enormes bloques de granito, mazacotes formados por el desprendimiento de un glaciar hace miles de siglos, que se muestran de manera majestuosa como gigantes comtemplando su territorio. Antes de llegar a ellos, sin embargo, volvimos a la maquina del tiempo de Tis, nada mas entrar en el parque y ver la primera cascada, que ni siquiera era la mejor, con el aire oxigenado se nos metio en vena un chute de espiritu abrasador y comenzamos a triscar cual cabras, saltando de piedra en piedra para intentar alcanzar mas de cerca el salto del agua, hasta un punto en el que el raciocinio que aun de ninyos nos ha salvado de rompernos la crisma en todas las excursioncitas nos advirtio de que nos dieramos la vuelta para continuar el resto del viaje en coche, con unas quince o veinte paradas en total, desigual duracion, porque era la unica manera en la cual abarcariamos la ruta trazada hasta el final. Comenzamos primero por unas cascadas de bastante mayor altura que las primeras, luego atravesamos el impresionante Capitan, la mayor mole en granito del mundo, y luego comenzamos a subir hacia la zona de miradores, en concreto el objetivo final del Glacier Point, un lugar desde el cual se dominaba toda la zona, otra prueba a riesgo de vertigo.
Aun nos quedaba un rincon por descubrir en Yosemite, que dejamos para la excursion matutina de hoy. Incluso la cena tuvo el mismo sabor de aire libre que el resto del dia, porque fuimos a un lodge que estaba situado mas rayando la entrada al parque que el nuestro, y alli pedimos un menu muy de la tierra, pizza and beer, que no obstante en una mesa de la terraza, contemplando esa naturaleza agreste que no todos los dias se ve, nos supo a menu cinco estrellas. This is life, amigos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Dile a Paco q como siga comiendo Pizza & Beer no creo q pase del pusto 7000 en muchas carreras...aunq yo creo q ni las acabaría...

Por cierto buscad en youtube "el desfiladero del diablo", o "McGyver y vascos" son buenisimos...


Agurillo..

Gui

Anónimo dijo...

Tiene razon Gui, pero de algo hay que morir.

A ver si le consigues a Luis la serie esta americana en que compiten directores de cine.

Paco

Anónimo dijo...

Hombre tampoco creo q se muera nadie de comer pizzas, en ese pais tienes la prueba clara, ademas tienen pintas de ser mas sanas q las Hamburgers...

¿como se llama la serie esa?, no he oido ni hablar de ella, pero seguro q se encuentra por algun sitio

Gui

Anónimo dijo...

se llama "on the lot"
paco