El gobernador de Libia visita Madrid.

Aún en estos tiempos de empleos parciales, hay oportunidades para las que es indispensable reservar algo de efectivo. Yo nunca fui muy dado a conciertos, pero últimamente debe estar saliéndome una tardía vena melómana, porque alterno músicas de variado pelaje. Después de un recital acústico e íntimo de Lantana, ahora toca un consagrado. Eso se notará en el precio, pero bueno, no costará mucho más que el último Harry Potter, y eso que este me lo podía haber descargado de la red.

Pero estamos hablando de Franco Batiatto, nada menos, y para quienes no hayáis leído el primer libro de los Abrasadores, he de decir que, cada vez que escribo eso de que el gobernador de Libia os acompañe, pues este hombre inventó a dicho gobernador, y nos ha acompañado en todos los estados de nuestro crecimiento, desde nuestras excursiones de pequeños, cuando lo escuchábamos en el coche, hasta eternas veladas jugando al Heroes of Might and Magic bajo su ambientación, proviniente de cintas con más rayas que una fiesta de Paris Hilton o Lindsday Lohan o como se llame. Este señor por tanto es un mito personal y familiar, y ya que me lo perdí cuando vino a León en el auditorio, pues ahora sería una terrible falta, habida cuenta que ya debe ser mayor, aunque igual luego no se retira nunca como los Rolling.

Como fuera, ojalá podamos escuchar al gobernador de Libia el 29 de septiembre en el pabellón de exposiciones o algo así de Campo de las Naciones.

Vivo como un camello...