domingo, julio 26, 2009

El criticón (III)

En resumen, creo que los materiales eran adecuados pero los directores ni por sí mismos ni con la ayuda de la señora ministra han sabido tratarlos. Una pena, porque con tantos guionistas jóvenes y en paro que pudieran haber aportado sus propias vivencias, bastante más creíbles… Yo tenía ganas de ver esta película, aunque también me daba un poco de miedo. Ahora pienso que, aunque mala, me ha hecho aprender algunas cosas; casi prefiero una historia mala que me provoque reacciones antes que una buena que me deje indiferente… El mayor incentivo para haberla visto es que, pese a la desmesura del conjunto, tiene algunos detalles en los que sí me puedo identificar. Desde luego que ese es un factor extrínseco a la película, que en otros espectadores podrá cambiar. Como decía Alicia por Facebook, eso no tiene nada que ver con el arte ni con que el filme sea bueno, en todo caso lo remarco como motivo para haber perdido una hora y cuarenta minutos viéndolo antes que otras miles y miles de películas mejores que jamás visionaré.
Es un retrato generacional, pero no de toda una generación y profundizando solo en determinados aspectos. Salvando las distancias, podríamos pensar qué pasaría si Rebelde sin causa fuera transportada al presente (y raro es que aún no hayan pensado en rehacerla): James Dean haría de Nico, y Sal Mineo de Tony, imagino… Bueno, elucubraciones aparte, creo que ya he escrito más de lo que debería. Mi último deseo es que los directores recobren el buen pulso que han demostrado en trabajos anteriores, ya que su imaginario, al menos, tiene bastantes puntos en común con el mío.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Como he leído tantas idioteces y lugares comunes sobre esta película, tan sólo por encontrar al fin una crítica que me parece honesta, inteligente y bien construida te concedo el dudoso honor de leer este rollo  Tengo dos avanzados proyectos de actor en la familia por lo que estoy al tanto de los trabajos de bastantes actores jóvenes españoles y en particular sigo los de Alejo Sauras, en cuyo talento creo (aclaro que no tengo relación con él).

Como a ti, los personajes de ‘mentiras y gordas’ me parecen planos, los diálogos muy malos y encuentro que no existe un guión como tal. Como a ti y a otros me ha parecido que hay en ella un enfoque moralista y en mi caso me ha llamado positivamente la atención la escena de la ‘comunión’ con pastillas. Creo que el cine incluye muchas cosas que se pueden apreciar y entre ellas está muy a menudo, casi desde su origen, confesada o inconfesadamente, la contemplación de ‘cuerpos gloriosos’ que aquí es llamativa. Pero hace falta algo más para crear algo que permanezca y este no es el caso. Quizás por mi enfoque personal no me escandaliza en absoluto que actores nacidos en la televisión (horrible palabro ese de ‘televisivos’) hagan cine. Creo que es una tendencia que se consolida. Son actores, mejores o peores, y ya está. Se integran con los establecidos y compiten por los personajes que hay en cine, teatro y televisión.

Volviendo a la intervención de Alejo me llamó la atención, como a ti, que una vez más haga de machito follador superhetero. Supongo que, como suele ocurrir, es todo lo que le ofrecen. Y desde su famoso papel gay no ha vuelto a hacer ningún otro de estas características. En esta película su personaje es claramente idiota y carece de sentido plantear su aparición como abogado (¡). Su escena de sexo porno soft con una falsa gorda resulta obsesivamente insistente en las tetas de ella ya que no pueden rodar de una forma habitual para mostrar otras partes sin que se desvele que no es gorda. Aunque me parece una escena divertida y lo es también fallida porque cualquier director con más talento la hubiera hecho mucho mejor(dejando al margen el hecho de utilizar un problema físico como motivo de burla)

En resumen, estoy de acuerdo contigo en casi todo y también en que los materiales eran adecuados y han sido muy mal tratados (lo de la ministra es anecdótico porque no creo que ningún partido fiche para ministro a alguien por sus méritos como guionista). Pero la película recaudó una pasta y eso es bueno para el cine español. Mal que les pese a muchos que parecen alegrarse de todos sus males y aceptan dócilmente que les digan lo que les tiene que gustar en cine y sobre todo, lo que no les tiene que gustar.
Un saludo
Adrian

Luis dijo...

Hola!

No, no me ha parecido un rollo, desde luego, gracias por el comentario y también por tu intervención en el blog.

Un saludo,

Luis