jueves, julio 16, 2009

Retrasillo.

Bajo ese título genérico de razones técnicas, no muy esclarecidas pero con las que debemos ser comprensivos, el estreno del séptimo capítulo de Pigmalión se ha retrasado algunos días. Un motivo de disgusto para sus seguidores, que espero que hayan ido creciendo estos meses, y también para mí, ya que lo considero un capítulo interesante, en el que veremos facetas hasta ahora desconocidas de algún personaje. Como dice Hopewell, no hay mal que por bien no venga y así la espera hasta el octavo será menor... En cuanto salga a la luz el esperado episodio, lo haré saber por esta vía.
Por otro lado, me he estado fijando en las plazas solicitadas para la Universidad de León de cara al próximo curso. Como siempre, hay grandes desigualdades. El grado en Lengua Española y su Literatura tiene catorce plazas, el doble que los Siete Magníficos que solemos ir a clase, y con los cuales espero seguir contando en Tercero. Curiosamente, pese a no ser muy popular, el grado tiene plazas limitadas. Y me ha sorprendido ver que tiene una plaza más que el grado en Lengua Moderna o algo así (vamos, lo que era Filología Inglesa), el cual de momento se queda en 13. Falta aún la matriculación de septiembre, claro, no en vano yo me incorporé a la carrera en dicha fecha. Y falta ver qué decisión toman todos aquellos que están en lista de espera para las carreras más solicitadas. Parece que todo el mundo quiere ser enfermero o enfermera... ¿Será porque ahora se están quejando de que hace falta un cupo muy superior? No se. Con todo, la filología es un plato muy delicado como para que lo degusten paladares de cualquier clase... Más vale pocos pero selectos y, como diría Virgilio, más vale un campo pequeño pero bien cultivado.

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