miércoles, julio 23, 2008

¡Danger! Sandalias.


Dije que hablaría de esto. Puede parecer una mamonada, pero yo aún guardo algún recuerdo sobre el tema. Y en la misma zona que más masacrada tengo este verano. Y todo por llevar los pies fresquitos. Si dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, yo podría añadir variantes: con la misma escalera, o con la misma sandalia. Y en ciudades distintas...

Había estrenado yo mis sandalias playeras y, cuando bajaba por los escalones de mi casa en Madrid, resbalé y me caí de culo, rodando tres o cuatro peldaños. Nadie me vio, así que cogí la gorra que perdí en el accidente, me la puse y seguí como si no hubiera pasado nada.

Pero lo que ya tiene más delito es el segundo tropiezo. Porque fue tras la operación, y por suerte no fue caer sobre la propia zona operada, pero sí sobre los alrededores. Para más coña, caí en las escaleras del ambulatorio, por lo cual en caso de haber tenido daños graves la curación tampoco hubiera estado muy lejos.

En fin. Yo no se de qué hostias estaría hecho el material, porque el año pasado llevaba unas sandalias idénticas, del mismo sitio, y jamás sufrí nada serio en mis múltiples subidas y bajadas desde casa al Telepizza y viceversa. Por desgracia, aquellas zapatillas se las comió Nina the Bitch (espero que ahora ya solo coma tartas y no calzado)

En fin. A veces es preferible pasar más calor y no correr riesgos. Aunque sea por motivos médicos, ahora mismo me alegro de no estar en Madrid, porque debe ser un horno comparable a la vieja carraca de la que hablaba en la novela. Que os sea leve a quienes estáis allí.

2 comentarios:

Hopewell dijo...

EH!!!!
Lo de Nina The Bitch resulta más que ofensivo. Y no, ya no se come calzado, ni ninguna cosa que no sea su comida. Si es una santa, esa perra...
Eso sí, con tus zapatillas la tenía cogida, la tía...

Luis dijo...

Ja ja. Nina the bitch solo era en su juventud, hombre... A ver cuándo voy pallá a verla, a ella y al dueño claro jaja.