miércoles, julio 09, 2008

No siento las piernas...


Aunque me sea ahora más costoso sentarme que la última vez que escribí aquí, no puedo por menos que daros una resumida visión de mi estancia hospitalaria. Obviando los detalles más desagradables, que no querréis saber ni yo recordar.


Todo ha ido bien, por suerte. Ayer por la mañana me planté a las ocho allí, sin embargo no iban a operarme hasta la una. Como sea que en Madrid el sueño no me ocupó demasiado, traté de recuperar un poco hasta ese momento. Entenderéis bien el título del mensaje si os digo que no me durmieron del todo, sino de cintura para abajo. Así, pude enterarme de las deliberaciones de los médicos, pero como no entendía nada, lo mismo me dio. Solo se que el fucking quiste estaba más crecido de lo que parecía, y que ahora debo tener lo que parece una segunda raja en el culo. Aunque esta se cerrará cuanto antes mejor...


Pues no, no sentía las piernas ni tampoco una cosa amorfa que me habían pegado a las mismas y que luego identifiqué como mi miembro viril. Vamos, que podría haber realizado la operación del capítulo inaugural de Vagos y Maleantes sin ningún dolor. Ese que tuvimos que retirar por el bien de la carrera artística de Nacho... Por la tarde tuve la visita de la hermana Urraca, no se si se llamará así pero en todo caso es el nombre de una de las monjas de los Abrasadores. Si ella hubiera sabido que estaba deseando recuperarme para ponerme a escribir más aventuras de monjas robóticas, seguro que no hubiera clamado al cielo para que recobrara pronto mi salud. Anoche tuve que quedarme a sobar, mal que me pese, pero bueno, ahora ya estoy aquí con el impedimento de tener que hacer curas diarias durante al menos, creo yo, un par de semanas. Todo sea por la salud.


Confío en que la tirantez de la herida vaya remitiendo poco a poco, y que de la misma manera que escribo esto ahora pueda seguir con otros proyectos largamente acariciados. Que el gobernador de Libia os ayude a que vuestros pelos no se os enquisten.

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