lunes, enero 12, 2009

Globos.


Con algún daño colateral, pero inofensivo, para mis clases de hoy, anoche estuve viendo la gala de los Globos de Oro. Bueno, viendo a retazos, como siempre. Aclaremos: entre otras peculiaridades respecto a los Oscar, estos premios se entregan también a series de televisión, que no suelo ver aún siendo consciente de que muchas veces superan en calidad a los filmes. La gala también es pelín más corta que la de los Oscar. Este año poco me importa, porque tengo la grandiosa suerte de que el lunes 23 de febrero no tendré clase. Así que me los trago enteritos y sin pesar de conciencia...

La primera en la frente, Kate Winslet le birló a Penélope su galardón, merced a su abusivo doblete. Tampoco tuvo suerte Bardem; se lo quitó Colin Farrell por una película que aquí se estrenó en verano, sin pena ni gloria: Encerrados en Brujas. Lo curioso es que el filme en sí, Vicky Cristina Barcelona, sí que ganó. Fue genial ver a la productora hablando de sus recuerdos de Barcelona, Oviedo y Avilés.

Fueron unos premios repartidos, si hubo ganadora esa debió ser Slumdog millonaire, no se cómo la traducirán si lo hacen; cuenta la peculiar historia de un joven indio que participa en ¿Quieres ser millonario? Tiene buena pinta. Del resto, dos variadas resurrecciones. Una cantada, la de Heath Ledger, en espíritu; la otra, en carne (hinchada) y hueso, para Mickey Rourke. No, no ganó Sean Penn sino el antaño modelo de sex-symbol heterosexual, ahora ya habría que echarle mucha imaginación. Del homenaje a Spielberg no añado más salvo que es y siempre ha sido uno de mis referentes, sobre todo en la infancia. Mucho nos hizo soñar ese señor...

Y aún seguimos soñando, quizá no con el sueño americano, que como decía Paconcio cuesta lo suyo, pero tal vez sí con esos Sueños de cine, que es como titulé un guión de largometraje que escribí con el trasfondo de la escuela de Ponferrada. Título irónico, desde luego...

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