miércoles, enero 07, 2009

Llega la calma.


Y llegan también las rebajas, por lo menos el año ha empezado con rebajas en este blog... Poco pude escribir durante los seis primeros y frenéticos días, pero ahora vuelta a la rutina y a la difícil tarea de organizarse para la relativa cuesta de enero (ni tan relativa, ya que tengo dos semanas de clase y luego otra vez unas pequeñas vacaciones que no pasaré en León)

Ah, la vida del estudiante, dirá alguno con una sonrisa condescendiente, y un tanto envidiosa, en el rostro. Cierto. Tiene sus ventajas pero también inconvenientes, estos últimos menos mentados. Sea como fuere, el año pasado he cumplido a ese respecto. Y los Reyes Magos cumplieron también, al margen de lo monetario: me obsequiaron con sendos libros sobre figuras referenciales para mí: Warhol y Hitchcock. El primero es POPism, inédito en España hasta ahora, unos diarios sobre la década de los sesenta con la Factory y todas esas movidas, redactado por la inseparable secretaria del artista, Pat Hackett. El segundo es de Donald Spoto, autor de esa voluminosa biografía del genio que ya he leído tres veces. Se llama Las damas de Hitchcock, quienes tuvieron gran importancia en su vida y obra, repletas ambas de represiones y pulsiones sexuales ocultas. Al margen de lo intelectual, también tuve un par de caprichos para el cuerpo, una pulsera y una colonia.

Yo, que nunca he pecado de consumista ni siquiera en Madrid, me daré un garbeo esta tarde por mis comercios favoritos, entre los cuales no creo que llegue a mi antiguo centro de trabajo. Como en los estudios, en las compras también debe de haber una estrategia, una organización para no hundirnos en el caos (o, lo que es peor, en el capricho) A decir verdad, en lo que más me gusta ser manirroto es en viajar y tener cónclaves con esos amigos a los que no veo todo lo que desearía... El mes que viene tendrá, ojalá, bastante de eso.

La primera foto del año procede de una noche mítica, la Nochebuena. Y no perdió su aura mágica por el hecho de estar enfermo, como podéis comprobar por mi estado. Pese a ello, tenía muchas ganas de fiesta y acabé cantando viejos temas de los Abrasadores. Esta foto refleja cómo me han dejado unas Navidades que, por otro lado, han merecido la pena, ya lo creo. Ni las bacterias ni las resacas han podido tumbármelas.

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